Capítulo 16: En la boca del lobo

81 4 41
                                    

Al día siguiente, a pocos minutos de que entrara la noche, Ally, Blayd y Heather se encontraban sentados al borde de la cera frente a la casa de Linn. El pavimento estaba algo tibio y una suave luz anaranjada era lo que les golpeaba el rostro.

—Ally, pero ¿cómo puedes decir eso?—cuestionó Blayd molesto—Después de todo lo que te pasó la última vez, ¡¿quieres regresar?!

—No lo hago por gusto, es para una importante misión ¿Cuántas veces tengo que decírselos?—dijo Ally.

—Corres demasiado peligro, podría pasar cualquier cosa...—advirtió Heather un tanto intranquila.

—Lo sé, lo sé. Pero es necesario—admitió Ally sin ganas.

Ella les habló de la misión en la que se veía involucrada, no obstante, jamás les mencionó nada acerca del trato al que había llegado con Hansell.

No encontraba el momento ni las palabras adecuadas para comentárselos. Además, nadie le podía asegurar la victoria en esa batalla y no quería ilusionarlos. Pretendía reservárselo un tiempo hasta que fuera algo seguro.

Así que, por el momento, solo le quedaba daba fingir.

—¡Es una completa locura! ¡Solo te están utilizando!—gritó Blayd poniéndose de pie.

—Blayd, cálmate. Haces mucho drama—pidió Ally.

—¿Mucho drama? ¿Qué acaso no puedo preocuparme?—preguntó irritado.

—Claro que sí, tienes derecho y lo aprecio de verdad, pero ya es algo que está decidido. Además, es una oportunidad para tener algo de ventaja—Ally se encogió de hombros. Ya casi no le importaba la misión, pues, ya había aceptado casi por completo el hecho de tener que volver.

Blayd guardó silencio y después dijo:

—Tú deberías apoyarme, ¿qué no te preocupa todo esto?—señaló él a Heather.

—¡Por supuesto que sí, idiota! Claro que me inquieta tanto como a ti, pero no por eso voy a hacer un show en plena calle—se defendió la bruja.

—Todo saldrá bien, Blayd. No iré del todo sola—intentó Ally calmarlo.

Blayd negó con su cabeza repetidas veces y entró a la casa irritado. En ese preciso instante, la noche cayó por completo.

Por otro lado, Ally y Heather se quedaron en la calle un rato, observando el cielo estrellado y conversando un poco. Cuando se cansaron de ello minutos después, entraron a la casa.

Al pasar al salón del comedor, se encontraron con Blayd; quien estaba garabateando algo en unas hojas de papel y apoyándose sobre la mesa de pie. El albino las escuchó entrar mas hizo caso omiso de ello.

—Blayd, ¿Qué haces?—preguntó Heather acercándose a él al igual que Ally.

—Hago un mapa de Lupsus para Ally—respondió él concentrado en sus dibujos.

—Blayd no es necesario. Ya he estudiado esos planos muy bien—respondió la castaña.

—Pero no has estudiado MI mapa—dijo Blayd con una sonrisa traviesa—. Viví en esa ciudad mucho tiempo, conozco rutas que la mayoría ignora hasta la fecha. Si vas a volver, tienes que ir preparada, ¿no?

Las chicas se acercaron aún más a él y observaron muy detenidamente su trabajo. Al poco tiempo, terminó.

—Listo, si tienes esto ya no tendré de qué preocuparme.

—¡Pero si solo hiciste unas cuantas bolitas! Y ¿qué se supone qué es esto?—señaló Heather unos garabatos en el mapa.

—Eso, Heather, es el drenaje de túneles, ¿ves?—Blayd recorrió con sus dedos los trazos.

Tierra Escondida I: Más allá de un sueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora