Capítulo 20: Nueva estrategia

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Ally caminaba efusiva por los rocosos y empinados caminos del segundo distrito. Se preguntaba una y otra vez que había sido de los soldados, pues no había tenido noticias de ellos desde aquella vez en la que se separaron.

Eran alrededor de las dos de la tarde. El cielo estaba nublado y el abrigo de Ally no era de mucha ayuda ante las bajas temperaturas, pero podía soportarlo.

—Oh por fin—expresó de repente un chico de cabello rizado. Portaba su distinguido uniforme de camuflaje a la vez en que tenía pintura verde y café por todo su cuerpo. Además de que su castaño cabello estaba plagado de ramas y hojas.

Del susto, Ally dio un pequeño salto y pegó un diminuto grito.

—¿Andrew?—interrogó ella manteniendo su pulso acelerado de la sorpresa y el joven sólo asintió.

—Avísenle al jefe que la encontramos—indicó él a lo que parecía ser un montón de maleza.

De repente, de entre la flora salieron Noah y Yura mostrando el mismo aspecto que su compañero.

—¡Yo voy!—anunció Noah rápidamente a la vez en que levantaba su mano derecha. Después, terminó de salir de su escondite y se perdió entre los árboles a paso veloz.

—¿Qué hacen aquí? Mejor dicho, ¿Cómo me encontraron?—cuestionó Ally.

—Te vimos salir de la mansión. Pero poco después perdimos tu rastro—reveló Yura acercándoseles.

—El general Tribbiani ordenó que todo el escuadrón nos dividiéramos e iniciáramos con tu búsqueda. Sólo nos dio una hora para hacerlo—a completó Andrew.

—Y somos los primeros—festejó Yura realizando un pequeño baile de victoria, a lo que Ally rió un poco al observarlo.

Poco después, el resto de los soldados se reunieron.

—Somos increíbles, lo sabemos. Eso corresponde a un aumento, ¿no?—le comentaba Noah a su general cuando llegaron a donde los otros.

Pero Blais, ni siquiera se tomaba la molestia de mirarlo.

—Bien, niña. ¿Qué obtuviste?—le preguntó Elian a Ally mientras la rodeaba con su brazo.

—Pareces novato, Robinson—observó Blais molesto y pasando junto a ellos.

—¿Disculpa?—respondió el rubio frunciendo su ceño ante tal comentario y separándose de la castaña.

—Todos aquí, sabemos que información como esa no se debe mencionar en lugares tan abiertos como este y mucho menos con tantos oyentes cerca. Es formación básica, general—decretó Blais dándole la espalda. Por otro lado, el ceño de Elian se marcó aún más y guardó silencio soltando a Ally a la vez.

Durante todo el tiempo que estuvieron trabajando juntos; todos los días, Blais tenía que corregir los actos de Elian, ya que no eran los apropiados. Pero no era que el general Robinson fuera malo en su cargo, sino que no era su área. Recordemos que, Elian, estaba a cargo de la segunda división llamada Conservación de la paz por lo que este tipo de misiones lo confundían de cierta manera.

El escuadrón llegó a Luxia cuando los relojes marcaban exactamente las dos de la madrugada. Ally no aguantaba el dolor de sus pies y lo único que quería era dormir. Sentía que, por alguna razón, el viaje de regreso había sido mucho más largo que el de ida, y, de cierta forma, así había sido ya que los generales habían tomado una ruta distinta.

Cuando llegaron a los campos de entrenamiento del palacio, los soldados se veían animados y alegres por haber concluido otra misión con éxito. Por otro lado, Ally lo único que quería era ver a sus amigos y dormir un poco.

Tierra Escondida I: Más allá de un sueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora