Ally continúa el relato.
Al poco tiempo, aquel sonido dejó de ser unos simples pasos a ser el sonido de unas cuantas voces. Segundos después, lo que mis ojos lograron presenciar me dejó paralizada. Jamás los había visto, pero pude reconocerlos al instante: eran los últimos dos hermanos de Blayd.
Supe que se trataba de ellos ya que —por mínimo que fuera— ambos compartían rasgos similares a los de Zack y Blayd; incluso su forma de hablar era parecida.
Entraron a la habitación abrazándose y en medio de un prolongado y candente beso. Después, el chico sentó a la chica sobre la isla de la cocina y esta, le rodeó el cuello con sus brazos y entrelazó sus piernas en su cintura. Acto seguido, el chico comenzó a levantarle lentamente la blusa con una sola mano.
Al presenciar dicha escena, me cubrí la boca con las manos y sentí a mi estómago dar un vuelco. Era realmente repulsivo, eran... Hermanos... Gemelos tal vez. El simple hecho de asimilar la idea, hizo que un escalofrío me recorriera de pies a cabeza.
Sabía muy bien que existían personas que afirmaban que el amor es amor... ¿Pero esto? Sigue sin entrarme en la cabeza... Cada vez me convencía más de que a esa familia le faltaba más de un tornillo.
—¿Qué es eso?—preguntó el chico al aire, rompiendo con ello el beso y recorriendo la habitación con su mirada.
—¿Qué cosa?—lo observó la chica extrañada.
—¿No lo percibes?—cuestionó él mirándola de nuevo a los ojos.
—Que desagradable—comentó la chica agudizando su olfato y realizando una mueca.
Seguidamente, el chico se separó de ella y comenzó a merodear por la habitación, mientras que su hermana, solo lo seguía con la mirada.
¿Podían...Olerme? ¿Cómo es que podían hacer eso?
El chico se acercaba peligrosamente al cuarto de la despensa. Mi corazón se aceleró, un escalofríos me recorrió la espalada y los pelos se me pusieron de punta. Cerré mis ojos y deseé con todas mis fuerzas que se retiraran.
—¡Oh mira es la humana de Blayd!—exclamó el chico abriendo la puerta de la bodega de golpe, lo que provocó que abriera mis ojos bruscamente del susto.
—¿Qué no debía estar muerta?—cuestionó la chica desde atrás.
—No es una novedad que haya desobedecido—mencionó el chico girando medio cuerpo para verla a la cara.
Posteriormente, la chica se bajó de la isla y caminó de igual forma hacia mí.
Sentía que no podía moverme y, por unos breves segundos, dejé de respirar al tenerlos tan cerca. Me observaban como si fuera una rata de laboratorio, sus ojos semidorados me ponían nerviosa, y sus expresiones serias mezcladas con un toque de curiosidad tampoco eran de mucha ayuda.
—Sí que es fea... ¿No debíamos matarla si él no lo hacía?—preguntó el pelinegro y su hermana se quedó pensativa un rato.
—Sí... Agh y yo que no quería ensuciarme hoy—soltó ella después de un tiempo y mirando el esmalte negro de sus uñas.
—Será divertido—dijo el chico con una sonrisa en su rostro y acercándose aún más a mí, a la vez en que hacía tronar sus dedos.
—¡E-espera!—grité cerrando mis ojos y cubriendo mi cabeza con mis manos.
Cuando volví a abrir los ojos, el chico me miraba con enojo y arqueando una ceja. Por otro lado, la chica seguía mirando sus largas uñas, mostrando el mínimo interés.
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Tierra Escondida I: Más allá de un sueño
FantasiAlexandra Homel, alias Ally, es una chica aburrida, simple y que prefiere quedarse en casa en un viernes por la noche viendo Lost a que hacer algo que cualquier chica común haría. Ella simplemente vive una vida tranquila. Hasta que una mañana recibe...