Capítulo XIX

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No sé que era peor, si la continua alarma con ruidos desagradables o los alaridos de Yujin y Luhan.

-¡SE VAN A LLEVAR A TEN!-Luhan zarandeaba a Johnny, pero este ni se inmutó.

-Te vuelvo a repetir, está tapado con tu enorme chaqueta. Con lo oscuro que está ese pasillo no creo que se den cuen-

-Tú mismo lo has dicho, crees que no se van a dar cuenta. Pero, ¿y si lo hacen?-Recalcó la palabra con un tono más firme.

-Estás paranoico Luhan-Lara apoyó su mano en el hombro del chico tembloroso.-Es normal que estés así. Yo también me siento así a veces. Mi novio está encerrado en una sala de tortura y no sé si está vivo o muerto. Intenta tranquilizarte, no vas a conseguir nada poniéndote así.

Luhan se apoyó contra la pared y se dejó caer al suelo. Colocó su cuerpo en posición fetal y empezó a mecerse el solo. Estaba susurrando palabras sin sentido, no conseguía construir frases coherentes aunque para mis oídos sonaran como bellas melodías de los dioses. Me iba a acercar, pero el brazo de Ilhoon me paró.

-Déjalo, necesita estar solo ahora.-Levantó la voz-¡Coged todo lo que habéis encontrado y guardadlo! Tenemos que encontrar una salida.

Miré la estantería que había estado observando antes. ¿Había algo que realmente valiera la pena? Todo eran venenos, pero no tenía ni idea de gomo usar ninguno. Cogí el primero que vi y me reuní en la mesa central con mis amigos. Luhan seguía relatando, podía oír las súplicas que le hacía a Ten para que volviera, pero al fin y al cabo era una petición no respondida.

Ilhoon sacó de su espalda una enorme mochila vaquera, el estampado de Trent presente.

-Meted todo aquí, Yixing llevará la bolsa. Sé que no es la bolsa más estilosa pero es lo único que tenemos.

Cuando la bolsa fue abierta, una lluvia de botes de suero y munición apareció. Eran solo las primeras gotas, la fuerte tormenta vino después. Desde pequeños motores para Yixing de distintos colores hasta botes de varios contenidos, incluyendo el mío, acabaron la tormenta.

-Vale... Llevamos todos tipo de munición y químicos.-Habló Yujin con un tono confuso, sus dedos acariciando ligeramente la piel de su barbilla-Pero nadie ha encontrado el bote de pastillas.

-Y-yo sí-Dijo alguien a nuestras espaldas.

Sorprendentemente, Luhan seguía en el suelo temblando. Tenía su brazo extendido con un bote lleno de explosiones de color verdoso bailando en un contenedor transparente. Me dolió ver que el brazo que Luhan tenía extendido era el que todavía conservaba la fundamental muñequera. Su otro brazo estaba escondido detrás de su espalda, como si tuviera miedo de que la gente viera su constelación de cicatrices. Su cabeza estaba camuflada por su brillante pelo

Me acerqué tentativamente con pasos silenciosos. Me agaché a su lado, quitándole el bote de pastillas de la mano y sustituyéndolo por mi propia mano.

-Luhan... ¿Cómo lo has encontrado?

-Ten m-me ha ayudado-Levantó la cabeza. Aunque la luz era escasa, podía contemplar claramente sus mejillas húmedas y sus ojos rojos.-Él me h-ha dicho donde estaba el bote.

Me quedé en silencio cuando habló, sin saber que contestar.

-Es una reacción hacía la muerte de un familiar un poco peculiar. Sabes que está muerto, pero tu mente actúa como si siguiera vivo. Por eso piensa que se lo ha dicho él. -Intentó explicar Lara, el libro de psicología le había enseñado mucho sobre cambios mentales.

-Comprendo-Susurré- Vámonos Luhan, Ten no está en peligro.

-¿No?-Luhan parpadeó mirándome de forma inocente. Me impresionó la forma infantil en la que estaba actuando. ¿De verdad era ese Luhan?- ¿Seguro qué mi padre no se lo va a llevar para torturarlo otra vez? ¿Seguro que Christie no va a venir a... abusar de mí?

TryumphDonde viven las historias. Descúbrelo ahora