Capítulo XXVI

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No podía quitar la mirada de la tatuada cara del extraño hombre que nos sonreía de oreja a oreja. ¿Cómo se lo habría hecho? Seguramente yo con el primer pinchazo de la máquina de tatuar ya estaría llorando.


-Tengo que decir que Tryumph hizo bien sacando esos modelos, el número 14 siempre ha sido de mis favoritos.


-¿Él número catorce?-Yujin alzó una ceja-Que poco originales para elegir nombres.


El hombre dejó caer una risa genuina. Era sorprendente lo risueño que era comparándolo con su tosca apariencia.


-Me refiero a sus armas-Me señaló-Los shurikens de tu compañera pueden llegar a alcanzar la velocidad de un coche de carreras si saben utilizar correctamente. Hechos con la tecnología más innovadora, no es de extrañar que poca gente los haya podido manipular exitosamente.


-Sabes mucho para solo haberlos visto de pasada-Luhan dijo con desconfianza.


-Bueno, teniendo en cuenta que yo propuse la mayoría de las características que presenta... Sí, sé mucho.


-¿Quién eres tú?-Yixing fue rápido al contestar, sabiendo que nadie estaba preparado para tal respuesta.


-Se podría decir que yo he pertenecido a Tryumph. Lo típico, una asociación con demasiado conocimiento que piensa que por ponerse una maldita capa ya son superhéroes-Dijo amargamente-Creo que me estoy desviando del tema; ¿alguien quiere un té?


-No deberí-Yujin interrumpió a Luhan enredando sus finos dedos en sus muñecas.


-Un té verde cargado, por favor.


Luhan se deshizo del agarre rápidamente, temiendo que sus cicatrices fueran descubiertas.


La sonrisa del sujeto aumentó, tanta felicidad contrastando con su oscura apariencia.


-Tomad asiento, avisaré a Hyuna para que traiga también algunas pastitas-Cogió el teléfono y comenzó a hablar.


-¿Qué narices haces Yujin? El caso es quedarnos solo una noche, no hacernos amigos de ellos- Luhan miró a la joven extrañado.


-Tienes toda la razón del mundo, pero mi padre trabajaba en Tryumph y quiero respuestas. Si ese hombre trabajaba allí, puede que él sepa algo de su muerte.


-¿Qué te pasa Yixing?-Claudia miró al autómata.


-Iba a decirle que se asegurara de que nada de lo que trajera llevase lactosa, pero Lara no está aquí.-Bajó la mirada algo apenado.


-Los encontraremos, tranquilo.


-Mi deber es protegeros, y ahora mismo hay cinco personas desaparecidas. ¿Cómo pretendes que esté tranquilo?


Algo de humo empezó a salir de su cabeza, por lo que apreté mi boca en una fina línea. Opté por no contestar, dejando al malhumorado robot a lo suyo.


El misterioso hombre colgó el teléfono y se sentó en un acolchado sofá que había al lado de la mesa de trabajo. Escalofríos recorrían mi espalda al ver el parecido que este despacho tenía con el del difunto Keats, retrospecciones del tiempo que pasé encerrada junto a Luhan y la dolorosa muerte de Ten pasando por mi mente.


-¿Deseáis tomar asiento? El té será servido en poco tiempo-Parpadeó varias veces, como si se le hubiera olvidado hacer algo-Oh... ¡Pero que maleducado soy! Mi nombre es Suho.


¿Qué clase de nombre es Suho?


-Bueno, en EXODUS utilizamos pseudónimos con gente del exterior. No queremos que nuestro nombre caiga en boca de gente tóxica. ¿Podría saber vuestros nombres?

TryumphDonde viven las historias. Descúbrelo ahora