Capítulo III

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-Casi me cortas la cabeza, Claudia, ten más cuidado.-Frunció el ceño Johnny, apuntando con su escopeta al blanco que había construido.

Estábamos en el jardín muerto de la mansión, cada uno practicando con su supuesto blanco. Jimin estaba luchando contra Jinki mientras que Johnny y yo estábamos como locos disparando a nuestros blancos. Lara estaba sentada en las escaleras con un libro gigante, Medicinas y como tratar heridas por Tryumph.

-Tened cuidado, no quiero tener que ponerme a coser cabezas-Negó con la cabeza Lara.

-¿Creéis qué todavía queda alguien de esa asociación?-Dije tirando contra el árbol, el shuriken cayendo al suelo sin llegar a su destino.

Me acerqué a por el shuriken y vi como Jimin había tirado al suelo a Jinki, apuntándolo con su arma. Jinki gruñó, dejando al lado su katana dado por vencido.

-Es injusto, manejas muy bien tu palo.

-He ido a clases de kung fu, la señorita Kaîto me las pagaba.-Dijo Jimin levantando a mi hermano del suelo, haciendo una mueca de dolor.-Todavía sigo un poco molesto de la herida, pero me tendré que acostumbrar para cuando luchemos de verdad.

Johnny se acercó a mí, escopeta en hombro, dispuesto a responder mi pregunta.

-Yo creo que no queda nadie, eso era lo que ponía en el papel, ¿no?

Asentí mirando a la nada, tirando el shuriken con fuerza, esta vez clavándose en el árbol y volviendo a mis manos en un abrir y cerrar de ojos. Miré sorprendida el agujero que había dejado en el árbol muerto.

-Tu arma tiene buena pinta, parece que te apañas bien con ella.-Dijo Lara desde su sitio.-En mi libro pone que hay un botón que activa la defensa de la mansión, está metido justo en el tronco de esos árboles, ¿debería darle?

Asentí y Lara se acercó rápidamente a un grupo de árboles que estaban distribuidos en forma circular y metió la mano en uno de los troncos, presionando el interruptor. La tierra empezó a temblar vivamente, haciendo que perdiera el equilibrio y cayera al suelo. Los árboles tambaleaban, las pocas hojas que les quedaban ahora adornando el suelo. Gruñí al ver lo fácil que era tirarme.

Miré a las vallas que protegían la mansión y vi como de estas empezaban a salir unos barrotes más gordos y largos, cubiertos por una hilera de electricidad. En la casa aparecieron varias torretas que se movían solas. Abrí la boca simultáneamente sorprendida.

Mi hermano se acercó a mí riéndose, probablemente de mi torpeza.

-Parece que alguien tiene que mejorar su equilibrio.-Río, extendiendo su mano hacia mí-Levanta, anda.
Cogí su mano y me levantó con facilidad.

La mansión había cambiado mucho, de parecer una oscura casa encantada a una guarida secreta. La puerta de la casa se abrió, haciendo que Johnny y Jinki se pusiera delante de Lara y yo. Me asomé por el hombro de mi hermano y me sorprendí. Delante nuestra se encontraba una figura humanoide, con destellos metálicos. Jimin apuntó su bastón al ser que se encontraba delante nuestra.

-¿Qué narices?-Murmuró Lara.-Me esperaba cualquier cosa menos esto.
El ser se movió torpemente, haciendo una reverencia de noventa grados exactamente.

-Seleccione el modo: Proteger o destruir. Si quiere información de los modos tóqueme.

Si no fuera por sus ojos coloridos y su voz metalizada, podría pasar perfectamente por un humano. Sus facciones eran las de un chico de unos veinte años, con el pelo negro estilizado con un simple tupé.

-Es un robot.-Dijo Jinki asombrado.

-No me digas, si no me lo llegas a decir no me doy cuenta.-Dijo sarcásticamente Jimin.

TryumphDonde viven las historias. Descúbrelo ahora