El encanto de los Uchihas

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ADVERTENCIA: Maneja el tema de infidelidad, por quienes el tema les causa incomodidad, lean bajo su responsabilidad.

Sé que quienes siguen un Hijo para el imperio Hyuga, esperan que continúe con lo último, lo he intentado y tengo algo pero hay algo que no me cuadra al respecto, no sé si sea porque he estado algo abrumada respecto a algunos aspectos de mi vida, bastante ocupada y demás. Es de hecho algo frustrante no poder terminar nada de lo que escribo (Así que confieso que este oneshot tiene mucho guardado, no lo había sacado porque se me hace tremendamente sucio y pervertido, en fin) ...Quería decirles aquí estoy, paciencia, tengo una vida y aunque no va del todo mal me ha obstaculizado para seguir escribiendo, lo lamento; espero sin embargo que pronto pase y pueda dar más señales de vida. Saludos.

En la cocina integral y de finísimo gusto de una moderna casa en una zona exclusiva de Tokio, Hinata sonrió, Itachi le devolvió la sonrisa con gesto tierno. Se acercó a su pequeña esposa de 23 años y la besó lentamente en los labios, saboreando con la lengua el dulce sabor de la saliva femenina. Enseguida la pasión lo desbordó convirtiendo el beso en un gesto posesivo, la tomó de la pequeña cintura con ambas manos la apretó contra su cuerpo, tomándole el redondo y respingón trasero la acercó para que sintiera la erección en el abdomen plano.

Un carraspeo de garganta obligó al Uchiha a detenerse por los dos. Su amada peliazul parecía no haberse percatado que ya no se encontraban solos y con dificultad la apartó de su boca. Ella abrió los hermosos ojos lunas que poseía y unos segundos después el rostro se le puso completamente rojo al percatarse de la compañía.

-Creo que será mejor que salga un rato—Habló el intruso.

Itachi sonrió apenas perceptiblemente, consciente de cómo los había pillado y realmente acongojado de hacer sentir incomodo a su hermano menor, al cual habían hospedado gentilmente para que no recurriera a los servicios de un hotel.

Sasuke cuatro años menor y unos meses mayor que su esposa, había regresado a la ciudad para resolver un par de asuntos de la empresa que había montado tiempo atrás y que para alegría de todos había logrado hacerlo de un capital y posición privilegiada sin apoyo alguno de las empresas familiares.

-No es necesario—Habló quitándole el estrés a Hinata.

-Estás de broma, al rato regreso—Debatió el menor con una sonrisa burlesca y apresurándose a huir o el bulto que se ocasionó en su entrepierna al ver tan sugestiva escena no podría ser ocultado.

-Sasuke seguramente terminara en un hotel con alguna mujer—Comentó Hinata aun abrumada y sintiéndose nauseosa solo de imaginar la escena.

Itachi soltó una risilla despreocupada volviendo a tomarla entre sus brazos.

-Probablemente—Aceptó, tomando de la estrecha cintura a la ojiluna y sentándola en la mesa— Pero en tal caso ya no hay necesidad de reprimirnos.

Con un jadeo abrió las piernas para dejar que Itachi se posicionara en ellas, sonrió fascinada de la versatilidad que proporcionaba traer una falda, no por nada ese tipo de atuendo había invadido su closet. El moreno le desabrochó lentamente los botones de la sencilla blusa lila y expuso los jugosos senos, bajó las copas del sostén para llevarse uno a los labios dejando que Hinata disfrutara de la angelical caricia y dándole a sus manos la tarea de exponer su endurecido miembro y retirar el pequeño triangulo de tela que los separaba.

Las delicadas manos se aferraron a sus hombros, clavándose en la piel. Él estaba guiando su hombría para abrir los delicados pliegues de la feminidad de su mujer. Hinata gimió escondiéndose en su hombro y sollozó cuando el glande se abrió paso poseyéndola.

ONESHOTS (SASUHINA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora