17: Esquivando personas

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Luego de comer el pastel de chocolate más delicioso de la cafetería Sweetness y haber pasado un buen momento con mis amigos, decidí ir al apartamento de Kem y hablar con él

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Luego de comer el pastel de chocolate más delicioso de la cafetería Sweetness y haber pasado un buen momento con mis amigos, decidí ir al apartamento de Kem y hablar con él.

Dejé a Kiwi con Amber en el departamento de Dan y le pedí a Kylan que se quedara un momento con ellos porque quería privacidad al momento de hablar con su hermano, lo que Ky aceptó a regañadientes.

Subí las escaleras hasta el quinto piso y toqué la puerta. Ésta se abrió revelando el rostro de la hermana de Kem, quien sonrió al verme.

—Ruby —saludó haciéndose a un lado y dejando la puerta abierta del todo—. Pasa.

Asentí hacia ella.

—¿Está..., uh, está Kem? —No sé por qué buscar a su hermano hizo que me pusiera nerviosa.

Su entusiasmo al momento de asentir con vigor me hizo sonreír.

—¡Sí! Está en su habitación. —Señaló detrás de ella. Sabía a la perfección que la habitación de Kem era la última del pasadizo porque también era la mía en el tercer piso. Todos los apartamentos en este edificio tenían la misma estructura y distribución de ambientes.

—Gracias, Kara.

Sin más caminé hacia la habitación de Kem. Era justo la de encima de la mía, por eso su balcón pequeño y la escalera de emergencias aledaña a la pared daba a mi balcón.

Toqué la puerta un par de veces con delicadeza, escuché un leve «pase» y por eso abrí la puerta con suavidad.

Lo primero que vi fue el cuerpo de Kem recostado contra el respaldar de su gran cama. Estaba desnudo de cintura para arriba con su ordenador sobre las piernas, mirando la pantalla fijamente. Aproveché que no se había percatado de mí aún para mirar su ordenada habitación. Ya se había instalado, toda su habitación gritaba «ordenado». Al parecer él era más organizado que yo. Todo parecía estar en su sitio, no había ropa en el suelo como yo supuse, o cosas sobre su cama, ni libros desordenados sobre su escritorio o cosas en el suelo de su habitación. No. Todo estaba ordenadamente en su lugar.

Lo extraño era que no había ni una sola fotografía decorando sus paredes, no había cuadros o alguna foto personal de él o su familia.

—Ruby... —La voz de Kem me hizo voltear a él. Me miraba sorprendido, parecía confundido con mi presencia, pero feliz de verme ahí. Su sonrisa lo delataba—. Bizcochito.

Hice una mueca sintiéndome repentinamente incómoda a su alrededor. Cerré la puerta detrás de mí pero me di cuenta de mi error. Estábamos solos él y yo en su habitación. Y él estaba sin camiseta. Esto era totalmente incómodo. Intenté no bajar mi mirada hacia sus abdominales, pero me era imposible y solo traté de no babear.

—Vine aquí para... —me callé al ver que se levantaba y se acercaba lentamente, como si yo fuera su presa y él un depredador. Mi respiración se aceleró cuando quedó frente a mí—. Vaya...

El chico de arriba #1 | EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora