Sentir algo por Kem Wood no está en los planes de Ruby Graham, no después de que él le arrojara agua desde su balcón y estropeara su libro. Sin embargo, cuando los sentimientos comienzan a florecer, las traiciones y los celos también lo hacen.
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RUBY
Meto mi bolso a la maletera con más fuerza de la necesaria. Kem, quien está a mi lado, aprieta sus labios para no reírse. Sé lo mucho que quiere reírse en estos momentos y agradezco que no lo haga. Estoy algo furiosa por la sorpresa que Kem está organizando. No por el hecho que lo está haciendo (porque aquel detalle es lindísimo viniendo de él, sino porque odio enterarme última de las cosas y no sé qué vamos a hacer).
Hace unos días cuando estábamos en la cafetería Sweetness con su hermano Kylan, le habíamos comentado que este fin de semana iríamos a la playa. Lo que faltó decirle, es que todo era mentira. Bueno, no la parte de la playa. Kem en serio va a llevarme. El problema es que yo no sé nada. Mi novio dice que todo será un sorpresa en cuanto lleguemos allí. No quiso decirme la hora en que partiríamos, ni la hora en que regresaríamos. Tampoco las cosas que llevaríamos. Kem tuvo que hablar con Debie para que ella organizara mi bolso. Al parecer hicieron pacto de silencio porque ella tampoco me quiso decir nada. Mientras ella hacía mi bolso, sonreía como tonta metiendo cosas de mi closet que yo ni enterada que tenía.
Así que sí, tengo todo el derecho del mundo a meter mi bolso de mala gana a la maletera del auto de Kem por puro placer.
—¿Estarás así todo el viaje, Bizcochito?
Me recojo el cabello en un moño y cuando mi cabello está sujetado en la cima de mi cabeza, volteo hacia Kem.
—Si me dices a donde vamos tal vez no...
Kem está en una camiseta blanca de cuello V que resalta sus brazos y eso solo hace mi boca agua. Hago todo de mí para no abrazarlo. Cada vez que lo veo unas inmensas ganas de tocarlo siempre me consumen, pero no un tocamiento indebido, sino el puro placer de abrazarlo. Sus ojazos verdes me devuelven la mirada.
—Iremos a la playa —dice con sorna. Para rematar el momento, cierra la maletera de su auto y me toma de la mano. Yo acepto, soltando un suspiro. No puedo molestarme con él cuando es tan tierno. Está planeando un viaje para nosotros y yo solo pienso en el lugar a donde iremos y qué haremos.
—Lo siento —murmuro cuando Kem posa ambos brazos detrás de mi cintura y me acerca a él. Me frunce el ceño al no entender mi disculpa—. Siento ser una novia pesada que solo quiere arruinarte la sorpresa.
Kem se ríe.
—No eres una novia pesada, Bizcochito. —Frunce el ceño mirando a otro lado—. Bueno, sólo un poco.
Jadeo indignada, pero sonrío cuando él me dedica una sonrisa que significa que está bromeando. Está haciendo algo de calor y no quiero imaginar cómo será en la playa. Me he puesto un vestido veraniego que expone mis piernas y a pesar de ello, el calor está presente en mi cuerpo más que nunca.
Miro a los ojos de Kem por unos breves segundos antes de eliminar la distancia entre nosotros para besarlo. Me apoyo en él para rodear su cuello y disfrutar de su contacto.
