Sentir algo por Kem Wood no está en los planes de Ruby Graham, no después de que él le arrojara agua desde su balcón y estropeara su libro. Sin embargo, cuando los sentimientos comienzan a florecer, las traiciones y los celos también lo hacen.
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RUBY
Si no conociera a Kem, diría que está celoso; pero lo conozco y sé perfectamente que lo está. Lo deduzco por la forma en cómo aprieta mi mano bajo la mesa o cómo mira fulminantemente a mi amigo frente a nosotros. También puedo ver que su mandíbula está fuertemente presionada y sus ojos verdes no se despegan de Allan.
No sé cómo sentirme al respecto. Una parte de mí sabe que nuestro pasado quedó atrás, y que los celos y las inseguridades no están en nuestras vidas nunca más. Aunque no puedo culparlo justo ahora. Allan es muy bromista, pero se ha pasado con aquel comentario suyo y ha dejado a Kem algo picado.
Yo sólo miro a mi novio esperando una reacción suya. En realidad, todos en la mesa lo hacemos. Especialmente Debie, quien me mira con una sonrisa divertida en el rostro como si supiera lo que se avecina.
Yo le frunzo el ceño. Ella siempre tiende a molestar a Kem, parece un hobby suyo sacarlo de sus casillas. Y está contenta con lo que ha soltado Allan minutos atrás. No por lo que dijo, sino por el rostro de Kem. Aprieto su mano de vuelta y espero a que reaccione. No sé cómo lo va a hacer. Antes hubiera reaccionado de forma instantánea diciéndole algo cruel a Allan, pero ahora no sé qué hará.
Me sorprendo cuando Kem levanta el otro brazo y coge el vaso de su gaseosa, mientras que la otra mano, la que me está agarrando fuertemente debajo de la mesa, me aprieta un poco antes de soltarme. Cuando mira a Allan de nuevo, sonríe.
—Me alegra saber que quieres comerte un bizcocho, Allan. ¿Por qué no lo haces? —Señala al restaurante—. Aquí los hacen deliciosos.
Su tono no pasa desapercibido para nadie. Y mucho menos para Allan, quien levanta una ceja mirando fijamente a Kem a mi lado. El comentario que Allan había soltado lo había dicho mirándome a los ojos y con una sonrisita de lo más divertido. Él siempre quería hacerse el gracioso y ahora estaba consiguiendo que Kem lo mirase con dureza. Los momentos entre ellos eran difíciles de manejar cuando estábamos todos juntos, mi grupo de amigos y Kem, porque ese par parecía chocar constantemente por cualquier cosa. Mi novio siempre lo sobrellevaba, en este tiempo me había dado cuenta cuánto había cambiado para bien. Ahora se mostraba más caballeroso y muy tierno conmigo, siempre sabía cuando mentía y cuando era sincero. Era como una conexión que teníamos desde que lo nuestro había comenzado de nuevo.
—¿Y puedo probar el tuyo? —Allan pregunta, ganándose las carcajadas de los chicos y de Debie, quien no para de reír al lado de Ben.
Yo también estoy tentada a reírme, pero sé que a Kem no le gustaría. Él ha estado tenso desde que vinimos a este restaurante. Donde empezó todo. Donde yo trabajé y donde empecé a cantar y a descubrir que eso me apasionaba. Sé que Kem no está tenso por el lugar o los recuerdos vividos aquí. Él está tenso porque hemos quedado con Kylan. No lo he visto desde hace semanas, cuando tuvimos aquel incómodo almuerzo en su casa, donde Amber también estuvo presente y todo se fue al tacho cuando invitó a su hermana Ada haciendo mucho más incómoda la situación.
