Sentir algo por Kem Wood no está en los planes de Ruby Graham, no después de que él le arrojara agua desde su balcón y estropeara su libro. Sin embargo, cuando los sentimientos comienzan a florecer, las traiciones y los celos también lo hacen.
☽ ☽ ☼...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Tres semanas después todo en mi vida iba viento en popa. O eso creía.
Mi mejor amiga Amber estaba feliz siendo la novia de Henry. Él empezó a ir a la escuela la semana pasada y el rumor de él salvando a Amber se había corrido por toda la escuela como pólvora, por lo que ahora era mucho más popular que antes. Todos se acercaban a él y firmaban su yeso poniéndole cosas graciosas y diciéndole lo valiente que era.
Otra cosa que estaba bien en mi vida era Kylan, él y yo ya no teníamos esa incomodidad que una vez hubo desde el beso. Todo era normal entre nosotros e incluso Kem aceptó nuestra amistad. Se dio cuenta que en verdad su hermano no iba tras de mí, por lo que habían hecho las paces. No estaban como antes, pero su relación de hermanos había mejorado mucho.
Kem era mi pareja de baile en la fiesta de media estación en el colegio que se realizaba ese día. Mis padres aun no sabían que era mi novio, pero planeaba decirles muy pronto, sólo sabían que era mi pareja de baile. Cosa que les sentó muy bien, milagrosamente lo aceptaron con agrado. Él vendría a recogerme en la noche y juntos iríamos al colegio en donde se celebraría aquella fiesta. Ya lo teníamos todo planeado. Sólo quedaban tres horas para aquello y yo ya empezaba a alistarme. Cogí mi celular y coloqué una canción pop reciente para bañarme.
Estaba feliz porque hoy tenía una cita con él y me imaginaba una noche perfecta.
Mi mejor amiga Amber me llamó al celular antes que tuviera tiempo de desvestirme para entrar a la ducha, ya se me estaba haciendo tarde. Am me dijo que subiera a su departamento porque algo sucedía, no sabía qué hacer. No me dio más detalles y colgó. Asustada subí a su apartamento y toqué la puerta. Una Amber desesperada me recibió, con el cabello mojado y una toalla anudada a su alrededor. Sus ojos marrones aterrados miraban los míos preocupados.
—¿Qué pasó? —pregunté mientras entraba a su sala. Amber cerró la puerta detrás de mí.
—Mi hermana no está.
Me encogí de hombros sin importarme aquello. Ada estaba en mi lista negra.
—¿Y?
—¿Cómo qué "Y"? Se fue en la mañana y hasta ahora no regresa. Llamé a su celular, pero está apagado, no sé qué hacer. ¿Si le pasó algo malo? Estos días ha estado deprimida y no ha querido comer. ¿Qué si se quiere suicidar, o si ya lo hizo? —dijo Amber en una rápida borbotea quedando sin respiración en la última palabra.
Alcé una ceja ante su preocupación innecesaria.
—Eh, tranquila, Amber —dije levantando mis manos—. No pienses en cosas malas. Ella debe de haberse encontrado con un amigo o tal vez se fue a algún lugar y su celular se apagó por falta de batería. No te pongas nerviosa, hoy es el baile de media estación y debes estar bien y muy hermosa. No te preocupes, ahora ve y alístate. Henry tiene que ver lo ardiente que te ves en ese vestido. —La empujé en dirección a su habitación.
