La semana pasó rápidamente y con lo usual del trabajo. Me había hecho más cercana a Debie gracias al gran drama de mi vida que le había contado, con todos los detalles y sin nada que olvidar. Ella fue una buena consejera. Incluso la llegaba a ver como la hermana que nunca tuve, la hermana mayor que nunca tuve. Me aconsejó que olvidara a Kem y me alejara de su vida, que yo era una chica joven y que tenía mucho por vivir.
—¿Sabes? —preguntó ella, mirándome mientras caminábamos fuera de la cafetería donde trabajábamos. Su sonrisa destellaba—. Tienes 18 años, Ruby, y una vida por delante. No debes detenerte por nada del mundo, si tu novio te engañó, olvídalo. Mándalo a la mierda y sigue viviendo. No te vas a morir por ello. Verás que encontrarás a tu verdadero amor, tú príncipe azul, luego de haber besado varios sapos.
Nunca olvidaría aquellas palabras de mi sabia amiga Debie. Había despertado el sentimiento del coraje, de querer olvidarlo en vez de compadecerme cada día. Total, todo ya estaba hecho. Debie me insistía en presentarme a sus amigos y salir, pero tampoco es que quisiera más sapos por el momento. Sólo quería sanar y vivir tranquilamente. Por lo menos hasta terminar el colegio, luego tenía metas; como ir a la universidad y estudiar medicina. Querer ser alguien en la vida y salir adelante.
El día sábado también tenía trabajo y estaba agradecida. Mi horario ese día era desde el mediodía hasta las cinco de la tarde, el mismo horario que Debie. Era más cercana a ella y mi única amiga en la cafetería Sweetness. Ella llevaba ahí mucho más tiempo que yo pero me contó que nunca hizo amigas, hasta que yo llegué. Su apariencia era de una chica dulce, pero cuando la llegabas a conocer insultaba más que un camionero y me gustaba eso de ella porque me divertía mucho con sus ocurrencias y lisuras a todos lo que le caían mal. Por fin podía insultar y hablar mal de Ada con alguien que no fuera su hermana. Debie me entendía más que nunca por haber pasado una racha parecida a la mía; un ex novio suyo la había engañado. Como decía ella: «esos hijos de puta estaban por todos lados».
Ese día, al finalizar nuestra jornada de trabajo, Mandy y Julián llamaron a todas las del segundo turno del sábado para una pequeña reunión. Debie y yo nos miramos extrañadas ante eso, pero no pudimos hacer nada más que ir a la oficina de Mandy como lo había solicitado. Dentro se encontraban ella y su esposo, esperando por todas nosotras. Éramos un total de siete chicas del segundo turno. Eran casi las 5:15 pm. Mis padres salían a la calle cada sábado por lo que yo tenía el día libre para hacer lo que quisiere sin que ellos sospecharan. Dan cuidaba de Kiwi mientras yo trabajaba. Le agradecía enormemente su bondad de hacerlo, no podía pensar en otra persona para que lo cuidara que no fuera él. Kem estaba fuera de los límites y de mi vida.
—Chicas, las hemos reunido porque necesitamos ideas —empezó diciendo Mandy, mirándonos a todas nosotras, las chicas que trabajan en el segundo turno de los sábados. Ella se encontraba tras su escritorio sentada al lado de su esposo Julián—. Las ventas han bajado y ya no hay tanta clientela como al principio cuando inauguramos. Le comenté a Julián y él opinó que les contáramos a ustedes para que nos ayuden, ustedes son jóvenes y saben lo que quieren. Así que les haré una pregunta: ¿qué creen que le falta a esta cafetería?
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El chico de arriba #1 | EN FÍSICO
Ficção AdolescenteSentir algo por Kem Wood no está en los planes de Ruby Graham, no después de que él le arrojara agua desde su balcón y estropeara su libro. Sin embargo, cuando los sentimientos comienzan a florecer, las traiciones y los celos también lo hacen. ☽ ☽ ☼...