¡Los zapatos! ¡Casi me iba sin los zapatos!
La habitación era un completo desastre y mi compañera dormía plácidamente sobre la colcha, con el mismo vestido negro de anoche y los tacones aún puestos.
¡Cuantísimas cosas tenía Katherine!
Cajas de todos los tamaños y colores se acumulaban en el rincón de la habitación, próximo a la cómoda, en una especie de pirámide. Pares y más pares de zapatos, los cuales no podía creer que le perteneciesen solo a una persona, se encontraban tirados por toda la habitación, ¡incluso debajo de mi cama! ¿Cuándo y cómo hizo tal desastre?
Desesperada junto la ropa del suelo, dejando sus camisas y blusas, de una tela seguramente costosa, sobre su cómoda.
¡Ahí están! Debajo de una blusa roja de encaje, la cual sin duda alguna no era mía, estaban mis keds. Me calzo lo más rápido posible y salgo de la habitación luego de haber agarrado la llave.
La mañana comenzaba terrible. Mi compañera de habitación parecía ignorar la idea de que los cuartos eran compartidos y que no era la única lidiando con el desastre en el que se encontraba la habitación. De todas maneras había algo que me molestaba aún más: los baños eran compartidos.
A las 6 en punto me había despertado y seguí aquel mapa que había descargado de la página web. Llevaba la toalla, crocs y la ropa en un pequeño bolso. Al entrar, mi buen humor el cual ya no se encontraba en su etapa de esplendor, descendió por completo.
Aquel olor particular se me hacía imposible de ignorar mientras caminaba por el pasillo de las duchas. Se escuchaba el ruido del agua correr y conversaciones de chicos desde los cubículos.
Aquel pasillo contaba con muchas cortinas, cada una tenía una ducha y un espacio para vestirse. La cortina no inspiraba seguridad, en absoluto.
Cualquiera que tuviese ganas podría correrla y escanear tu cuerpo desnudo en menos de 3 segundos.
Me bañé más rápido que nunca, y esperé en aquel espacio al completo silencio. Decidí, finalmente, salir y buscar los zapatos que había olvidado traer.
Y aquí estoy, ya eran 7:58am, a las 8 en punto la delegada hablaría en el patio menor sobre el comienzo de clases, supongo que tendré que desayunar luego. ¡Gracias desorden! ¡Gracias Katherine! ¡Gracias baños compartidos!
Me apresuro a bajar las escaleras.
El patio menor estaba cubierto de gente, perteneciente únicamente a primer año.
- Buenos días a todos.- una chica de cabello rubio enrulado comienza a hablar por el micrófono. Su short color azul dejaba ver unas largas piernas, pálidas y demasiado flacas. Esta tenía un rostro anguloso; su nariz, pómulos y mentón estaban demasiado marcados, lo que le daba un aspecto algo grotesco a su rostro.
La tarima en la que ella estaba parada era demasiado baja para la cantidad de gente que había, dificultándome la vista. ¿Cómo puede haber gente tan alta en primer año? Siempre me consideré una chica de piernas esbeltas y largas, incluso como la rubia aún con el micrófono en mano, pero de todas maneras varios chicos me sacaban al menos una cabeza de altura. - Mi nombre es Samantha Harris, seré la consultora de primer año. Básicamente mi tarea es escuchar cualquier duda o consulta que tengan y responderla. Ahora pasemos a las reglas; como bien saben el alcohol no está permitido en ninguna de las instalaciones, en caso de lo contrario habrá una sanción para aquellas personas que no acaten las normas.- comienza.Recuerdo la noche anterior cuando Katherine entra a la habitación y guarda una botella en el escritorio, ¡podría jurar ahora mismo que esa botella no era de agua!
¿Qué sucedería si la encuentran? ¿Y si piensan que fui yo? ¿podría ser expulsada? ¡Katherine seguro me culparía con tal de salvar su trasero!
En seguida tapo mi boca por el mal vocabulario, por más que no lo haya dicho y solo lo haya pensado. Utilizo el pánico como excusa y sigo escuchando a Samantha quién habla con un notorio acento sureño.
- Está completamente prohibido deambular por las instalaciones o el campus luego de las 12 de la noche, de lo contrario habrán consecuencias para aquellas personas que no lo respeten. Bien eso es todo, si les surge alguna pregunta mi habitación es la 201, no duden en tocar la puerta. Gracias por la atención.- la chica devuelve el micrófono y se retira meneando sus caderas, haciendo resonar el ruido de sus sandalias en la madera.
Mi primera clase empezaba 8:30am, aún tenía 20 minutos para desayunar e ir hasta la clase, que se encuentra apenas a unas cuadras del patio menor.
La cafetería estaba más llena que ayer por la mañana. La fila era eterna, estudiantes de todos los años esperaban. No cabía duda de que no me daría el tiempo si me quedara esperando de llegar a clase en hora.
Salgo por la misma puerta que entré hace segundos atrás sin pensarlo. Mi estómago podía esperar hasta que terminara el primer módulo, llegar tarde no era una opción y menos el primer día de clase.
Camino tranquila las dos cuadras y media hasta el edificio B de humanidades y estudios sociales, y busco la clase número 6.
Un chico de cabello claro estaba sentado en la tercera fila, pero gracias a sus auriculares y celular aún no notaba mi presencia. Entro con curiosidad, escaneando cada detalle, apreciando todo lo nuevo para mí.
Los asientos estaban situados a diferentes alturas, como en gradas, mirando hacia el frente donde se encontraba el escritorio del profesor.
Un enorme pizarrón de tiza estaba junto a una pantalla interactiva.
Me siento en la primera fila y dejo mi mochila al costado de la silla.
Respondo el mensaje de mi padre que me desea suerte en mi primer día y me quedo mirando los alrededores.
Faltaban apenas 4 minutos para que la clase comenzara y éramos solo 6 personas, contando al profesor.
El señor de pelo blanco aguardaba sentado en su escritorio a que el timbre sonase y pudiese dar por empezada la clase.
Durante los últimos dos minutos las personas llegaban corriendo, cargando sus bolsos con desesperación y se sentaban en las filas más altas.
- Buenos días clase, mi nombre es Stuart Norton y seré su profesor de filosofía a lo largo de este año.- algunos alumnos saludan, yo simplemente marco una sonrisa sin mostrar los dientes.
- Bien, para empezar este curso hay que saber ¿qué es la filosofía?- pregunta el profesor. Espera unos segundos, aún así ninguna mano es levantada. Algo insegura, decido salvar a la clase de este silencio incómodo y levanto la mía.
- Dígame señorita.- me dice el señor Norton.
- Pues, en realidad no hay una definición concreta de la filosofía, señor Norton. Hay tantas definiciones como filósofos, aunque eso no quiere decir que algunas se aproximen a la idea que nosotros tenemos de la filosofía. Por ejemplo, Jaspers decía "la filosofía es como ir de camino. Sus preguntas son más esenciales que sus respuestas, y toda respuesta se convierte en una nueva pregunta." Es como que una vez que te cuestionas algo, entras en un enorme laberinto donde cada posible camino es una pregunta diferente y donde salir es más difícil que responder cada una de ellas. Mediante estas preguntas lográs conocerte como persona, formás opiniones, creencias...
Quiero decir que la filosofía nos permite cuestionarnos como seres racionales cosas como por ejemplo: ¿qué hay después de la muerte? ¿qué es lo lógico? ¿lo ilógico? ¿el amor?, preguntas que, si nos basamos en el razonamiento, son muy difíciles de poder responder. La filosofía es como nuestro medio..., esta, se podría decir, que es nuestro transporte a liberarnos de los conocimientos que nos han impuesto a lo largo de nuestra vida y tomamos como cierto. Como pura realidad.
- ¿Cuál es tu nombre?- me pregunta serio el profesor.
- Aurora.
- Brillante Aurora.- me dice.- Esto es exactamente lo que estaba buscando. No les daré una definición de filosofía, ustedes la formularán durante el resto del año. ¡Se los propongo, va, ahora! Escriban lo primero que les venga a la mente.- continúa ya dirigiéndose hacia toda la clase.La clase transcurrió normal. El profesor se dirigía a nosotros alguna vez cada tanto o copiaba nombres importantes en el pizarrón.
- Soy Keegan.- me dice un chico de ojos color miel luego de que el timbre sonara, tomándome por sorpresa. Era el mismo chico de cabello claro que estaba sentado apenas llegué.
- Aurora.- le sonrío amistosa.
- Si, lo sé.
- Hum, bueno si...lo siento. Tengo que irme.
Instantáneamente mi cuerpo se relaja, pero me inunda el enojo. ¡Podría haber hecho un amigo! Sin embargo me enrojecí como un tomate y salí corriendo. Increíble.
Bueno, en realidad...resultaba bastante creíble viniendo de mi parte.Camino tranquila por el campus, volviendo a la habitación. Ya era tarde, las clases habían terminando hacía rato.
La habitación estaba igual o incluso peor que hoy en la mañana, solo que mi compañera no parecía encontrarse.
Sin intenciones de ser mal educada, junto la ropa tirada en el piso y la coloco sobre la cama de Katherine. ¡Apenas se podía caminar por este pequeño cuarto!
Miro por la ventana ubicada entre las dos camas con deslumbro. El cielo está completamente teñido de un rosado intenso. A esta hora todo se tiñe de ese color: las plantas, el patio, las personas, la vida.
La gente camina a su ritmo por los alrededores, algunos se detienen a sacar fotos, otros comentan lo bonito que luce el cielo hoy; pero todos con sus ojos desbordantes de asombro y fascinación.
Apenas unos minutos después vuelvo a levantar la vista. Ya era imposible distinguir apenas un destello, un rastro de aquella calidez que nos rodeaba momentos atrás.
Las instalaciones se apagaron, y el patio absorbe lentamente el color azul oscuro del anochecer. La vida se oscurece.
La temperatura comienza a bajar, la gente ya no se detiene a observar cómo antes. Ahora simplemente se colocan el abrigo y siguen su camino, apurando el ritmo.Sonrío, es asombroso y desilusionante a la vez como todo puede llegar a ser tan fugaz. Prendo la luz y me recuesto en mi cama, simplemente pienso mirando el techo blanco, como si este fuera capaz de responder todas mis preguntas. Todo era fugaz; todo pasaba tan rápido.
Los autos, la gente, las ganas, los sentimientos.
¿qué somos?
Somos la suma de esos momentos fugaces, de esas risas, lágrimas, y enojo.[Lo siento! hace muchísimo que no actualizo, lo sé. Esperaba poder tener tiempo para editar los capítulos pero la verdad es que no pude...¡Las pruebas consumen todo mi tiempo! Finalmente pude reeler este capítulo, algo corto pero espero que les guste. Muchas gracias :)]
ESTÁS LEYENDO
Pausa
Teen Fiction- Pero es que justamente de eso se trata la Universidad Aurora. De conocer gente, hacerse amigos, expermimentar, ¡vivir cosas nuevas! - Ya, pero todas esas cosas no las tengo que hacer específicamente en Columbia, podría hacerlas perfectamente en la...