- Él quería besarme, él me besó. Tu lo viste, ¿verdad?- Sophie pregunta.
- Ya Soph, no deberías darle tanta importancia. Fue un reto, para ambos.- le aclara su prima mientras revisa su celular.
- Ustedes lo ponen de esa manera porque desearían haber estado con él.- dice graciosa, pero por más risa que hiciera, todas sabíamos que lo decía en serio pero no quería resultar demasiado bruta, por eso reía.- Yo sé que Ares quiso estar conmigo, más allá del reto. Pudo haberse negado, y no lo hizo. Además, créanme, la forma en la que sus labios se movían no decían: "hago esto por un reto".
- Como digas.- Cris levanta los brazos. Sinceramente, estábamos todas cansadas del tema de conversación frecuente. Todas menos Sophie, claro.
- Ares no va de la mano con las relaciones amorosas, Soph. No congenian, y eso todas las chicas lo saben. Solo digo que... no te ilusiones o idealices una relación de ensueño que, posiblemente, nunca vas a tener. No con él.
- Yo creo que las personas pueden cambiar si verdaderamente se lo proponen.- contesta Sophie con sencillez.
- ¿Ya, y tú cómo sabes que Ares estaría dispuesto a cambiar?- le pregunta algo irritada.
Llevábamos hablando del mismo asunto durante días: Ares, Ares ¡y más Ares! Si antes no lo soportaba, ahora aún menos. Aquella tortura parecía interminable, un constante recuerdo de como me había dejado pasar por arriba, sin el más mínimo problema, el viernes a la noche.
- Simplemente lo sé.- Soph se encoge de hombros y se tira en la cama.- Tal vez le pasó algo.- dice preocupada mirando el teléfono.
- ¿Por qué dices?- pregunto.
- No me ha contestado desde el sábado en la tarde, ya es martes a la noche. Además no le he visto hoy en ningún lado. ¿Alguna lo vió?
- No, no lo sé, pero sin duda deberías dejar de pensar tanto en lo que sucedió.
- Ya es tarde, debería volver a mi habitación y dormir.- digo.- Tengo un montón de cosas por ordenar y hacer.
Me despido de las chicas y entro a mi habitación que quedaba a unas puertas de distancia.No podía creerlo, por primera vez llegaba a la habitación y todo estaba como yo lo había dejado antes de salir. La cama de Katherine no estaba deshecha, y no había ni una blusa o zapato fuera de lugar.
De buen humor me pongo mi pijama y camino hacia el baño con el neceser en mano. Lavo mis dientes frente al espejo.- Ey.- un chico me saluda por las espaldas.
- Charles.- digo mirándolo por el reflejo.- ¿Como has estado?
- ¿Yo?, pues mejor.- señala su ojo morado y hace una mueca. Asiento. -Pero podría apostar a que tu ya me estabas extrañando.- sonríe.
- Pues no, así que podrías limpiarte la lágrima de desilusión.- Charles podía resultar arrogante en un principio, pero no era mala persona en verdad. Mucha gente aquí tenían ese aire de materialismo y superficialidad, lo cual era bastante fácil de esperar en una Universidad que por año cuesta dos casas y un auto; Charles tenía ese aire, pero en su interior no era un chico arrogante. Al menos no me hacía sentir fuera de lugar entre toda esta riqueza, rodeada por quienes visten de colección los siete días de la semana.- Noté que has hecho algunas amigas.
- Sí, de echo.- admito orgullosa.- No costó tanto como creía.- le muestro una cálida sonrisa y limpio el cepillo de dientes.
- Me alegro por ti.- hace una pausa.- Hum, ¿por qué te acuestas tan temprano?- pregunta.
El reloj de mi celular marcaba las 10pm. No era nada temprano, no para mí.
- Porque mañana hay clase. - respondo, insegura.
- No hay.- dice con una sonrisa de completa felicidad.
- No me mientas, ¿por qué no habría?
- Mañana es el comienzo del campeonato de fútbol americano. Nuestro equipo compite mañana, pero también otros vienen a competir aquí. Tenemos varias canchas. Es como una jornada.- aclara.
- Ah, no lo sabía.
- Lo noté. Bueno, nos vemos luego.- Charles se despide unos segundos después.Aunque mañana no fuese a ser un día de estudio, estaba agotada. Deseaba recostarme en mi cama y dormirme, sin siquiera leer antes.
(...)
Gente de diferentes Universidades caminaba ya desde tempranas horas de la mañana, mostrando sus respectivas camisetas.
Charles, Hoyt y el resto del equipo lucían los colores violeta y blanco, característicos de Northwestern.
El partido no me parecía muy entretenido, posiblemente porque no tenía claro cómo se jugaba ni cuáles eran las reglas del juego. De lejos era lo mismo de siempre; hombres corriendo de un lado al otro siguiendo un balón, intentando ganar a toda costa.
Me limitaba a aplaudir cuando veía al resto festejando, y reía con los comentarios que Alexa, Cris, y Sophie hacían sobre el físico de los jugadores.
El partido había terminado, dejándonos, según las chicas, en una buena posición para ser recién el comienzo del campeonato.
Eran ya pasadas el mediodía; conversábamos en uno de los bancos del patio mayor, donde siempre solemos encontrarnos y pasar el rato sin nada productivo que hacer.
No hacía mucho calor, todas estábamos de pantalón largo y zapatos, pero se sentía bien sentarse y sentir el sol en el rostro.
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Pausa
Genç Kurgu- Pero es que justamente de eso se trata la Universidad Aurora. De conocer gente, hacerse amigos, expermimentar, ¡vivir cosas nuevas! - Ya, pero todas esas cosas no las tengo que hacer específicamente en Columbia, podría hacerlas perfectamente en la...