XVI

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Un grito agudo resonó en toda la casa.

La electricidad acababa de irse por culpa de la lluvia, y el ordenador de Yoosung, al estar conectado a la corriente sin la batería puesta, acababa de apagarse en medio de la partida. El LoLoL tiene una característica muy peculiar, y es que el progreso no se guarda a menos que se termine una partida y se vuelva a la pantalla de inicio, cosa que el rubio no había podido hacer.

Esto significaba que todos sus esfuerzos por conseguir la espada de edición limitada no habían servido para nada, y a menos que consiguiese WiFi y un enchufe que funcionase en las próximas dos horas no podría intentar arreglarlo. Los jugadores de su servidor solían ser bastante lentos avanzando, pero eran muy buenos jugando en equipo, cosa que hacía que las posibilidades de que Yoosung completara la misión antes que ellos fuesen considerablemente bajas.

El rubio necesitaba conseguir aquella espada con ansias, tenía que demostrar que era capaz de conseguir un objeto tan raro como ese. Todos sus amigos del servidor estarían orgullosos de tener un jugador tan bueno como él, pero no tener conexión a internet dificultaba bastante las cosas...

El rubio agarró su móvil y activó los datos móviles con rapidez. MC y Jaehee habían estado hablando hacía apenas un par de minutos, por lo que Yoosung supuso que ninguna de las dos estaba teniendo problemas con la conexión. Y si ellas dos tenían WiFi, Seven probablemente también. Una idea se formó en la mente del muchacho de ojos violetas, y en menos de dos segundos ya se encontraba marcando el número del hacker.

— Seven! Seven! Necesito tu ayuda! — Yoosung gritó de forma desesperada, como si el otro muchacho no fuese capaz de oírle.

— Has interrumpido mi siesta.  

— Lo siento muchísimo! Pero en serio, necesito que me escuches durante al menos 30 segundos.

— 30 segundos? Bueno, vale. Mi siesta tampoco era muy importante que se diga, estaba dormido en el escritorio.

— Eso no suena muy cómodo... — Yoosung susurró, pero inmediatamente cambió de tema y comenzó a gritar de nuevo. — Mi internet ha muerto! El LoLoL ha muerto! Yo he muerto! Ayúdame!

— Y cómo quieres que te ayude con eso?

— Déjame ir a tu casa, por favor! No te molestaré mientras trabajas, lo juro. Solo necesito conseguir una cosa en el juego y luego me voy.

— Venir... A mi casa? Ahora mismo? — Seven se levantó de la silla en la que se encontraba sentado y alzó la vista. En la sala en la que se encontraban todos sus ordenadores había una rendija por la que entraba algo de luz durante el día, y aunque no se veía demasiado bien a través de ella, el pelirrojo pudo distinguir el monótono ruido de la lluvia que caía al otro lado de la pared. — Pero si está lloviendo...

— Me da igual! Me llevó el ordenador y voy para allá, vale? — Yoosung dijo decidido, y Seven pudo oír lo que parecía ser una puerta siendo cerrada de golpe y un montón de pasos pertenecientes al rubio, quién tras un par de segundos colgó.

El pelirrojo se dio la vuelta para admirar el estado de su casa, y sonrió al darse cuenta de que, gracias a Vanderwood, estaba en condiciones medianamente decentes. Aún así, habían un par de cosas que se encontraban tiradas por el suelo y tuvo que recoger, tales como un zapato de tacón sin su correspondiente pareja, un pantalón, varias latas vacías de Doctor Pepper, y unas esposas de metal.

Justo cuando se encontraba colocando los cojines del sofá para intentar dar un ambiente agradable a su casa, el timbre sonó, y la puerta de metal comenzó con el protocolo de hacerle preguntas a quién fuese que estaba delante de ella.

"Diga Elly es la gatita más suave y adorable que he conocido en toda mi existencia en árabe."

— Seven! No se árabe! Ábreme, soy yo! — Yoosung chilló desde el otro lado de la puerta.

"Respuesta incorrecta. Cuál es la raíz cuadrada de la suma de los 100 primeros múltiplos de 707?"

— Seven! Tu puerta me da miedo!

El pelirrojo rió lo suficientemente alto como para que Yoosung le oyese, y acto seguido pulsó un par de botones que hicieron que la puerta se abriese con un chirriante ruido metálico, revelando a un muchacho rubio tiritando, con una mochila en un brazo y completamente empapado por la lluvia.

— LoLoL! Necesito LoLoL! Electricidad! Espada! — El muchacho de ojos violetas corrió hasta el interruptor más cercano gritando, y enchufó el ordenador de forma apresurada. Bajo a sus pies se comenzó a formar un charco de agua que caía de su ropa y cabello, y Seven se preguntó mentalmente como no se había electrocutado aún.

— Quieres ropa seca, una toalla, o algo? — El pelirrojo preguntó, pero el rubio estaba tan concentrado encendiendo el ordenador que no le escuchó. — Hola? Tierra a Yoosung, me recibes?

Ya que parecía que el muchacho de ojos morados estaba demasiado concentrado en volver a su partida de LoLoL, Seven fue hasta el baño y agarró una toalla de color rosa palo que llevó cuidadosamente hasta donde se encontraba Yoosung. Las manos del inocente gamer se movían veloces en el teclado, y su lengua se encontraba apoyada en su labio inferior a causa de la concentración. Ver tanta emoción en el delicado rostro del rubio hizo que el corazón de Seven latiese con rapidez, y sonrió de forma tímida al encontrarse con tan adorable expresión facial de parte de Yoosung.

— Eh, pequeña estrella fugaz. — El pelirrojo susurró de forma cariñosa, y acercó sus labios a la oreja derecha del rubio para que pudiese oírle mejor. — Vas a resfriarte como no te pongas ropa seca.

Acto seguido, Seven se inclinó hacia Yoosung, quien se encontraba dándole la espalda, y con extremo cuidado le rodeó con sus brazos, colocando la toalla sobre su cuerpo y apoyando su cabeza en uno de los hombros del rubio.

Shooting StarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora