XXIX

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— Tú... Qué?... Qué haces aquí? Y por qué llevas eso puesto? — Yoosung tartamudeó de forma nerviosa y con expresión de confusión en el rostro.

— Te gusta? — Seven guiñó un ojo y le lanzó un beso al rubio. — Estoy estrenando los tacones y he de admitir que me molestan un poco, pero quedan bastante bien con este vestido, no te parece?

— Seven... 

— No! No, no, no! Mi nombre no es Seven. Me llamo Mary. M-A-R-Y. De acuerdo?

— Mira, Seven, creo que igual es mejor que te vayas a descansar, no tienes pinta de estar muy bien ahora mism- — El rubio intentó continuar su frase, pero fue silenciado por una mano tapando su boca.

— Shhhh! Qué acabo de decirte? 

— Lo siento... Mary. — Yoosung apartó la mano del pelirrojo de su rostro.

— Mira... Te lo explicaré todo luego, vale? Pero ahora necesito que me digas dónde está el despacho de tu director. Llevo un buen rato buscándolo y lo único que he encontrado es a un grupo de babosos que querían mis nudes.

— Y se los has dado? — El rubio se rió y se frotó los ojos para deshacerse de cualquier indicador de que había estado llorando.

— El qué? Mis nudes? Pues claro que no! — Seven se rió de forma estruendosa, y procedió a hablar usando su característico tono de voz vacilón. — Pero si alguno de ellos hubiese sido tan adorable como tú, a lo mejor me lo pensaba...

Yoosung prefirió ignorar aquel comentario y, sujetando a su amigo por el brazo, se dirigió hacia una de las grandes puertas al otro lado del pasillo en el que se encontraban. 

Ambos muchachos se quedaron inmóviles y comenzaron a mirarse, como esperando a que alguno de los dos hiciese algo.

— Es tu director. Tendrías que llamar tú. — Dijo el pelirrojo y empujó ligeramente al muchacho de ojos violetas hacia la puerta.

— Yo? Eras tú el que quería venir aquí! — El rubio tiró de Seven.

— Joder, Yoosung, toca el maldito timbre de una vez. No es tan difícil.

— Pero que no quiero! Abre tú la puerta y deja de ser tan pesado!

El pelirrojo puso los ojos en blanco y pulsó repetidas veces el timbre. Un profesor les abrió la puerta y les invitó a pasar.

— Que sepas que ahora me debes dos favores. — Susurró Seven mientras se sentaban en un sofá de la sala de espera. 

—Dos??? Por qué dos? — El rubio susurró, alarmado.

— Uno porque me has hecho llamar al timbre hoy, y el otro porque Jaehee me ha regañado por dejar que te quedases en mi casa en lugar de venir a clase.

— En serio te ha regañado? — Yoosung alzó la voz de pronto. — Jo... Lo siento.

— De hecho, ha sido ella la que me ha hecho venir para salvarte el culo, así que más vale que me estés eternamente agradecido.

El rubio miró a Seven, incrédulo. En serio había ido a su universidad vestido de mujer y bajo el sobrenombre "Mary" solo para ayudarle? No se suponía que estaba ocupado trabajando?

— Van a entrar juntos? — El director apareció de pronto. Yoosung intentó responder que no, pero Seven fue más rápido que él.

— Sí, vamos a entrar los dos. — El pelirrojo intentó poner una voz más aguda, y agarró del brazo al rubio. — Vamos, Yoosung, pasa.

El director les condujo hasta una habitación en la cuál había un gran escritorio y un montón de estanterías llenas de libros. 

— Tomen asiento. — El hombre tendría unos 60 años como mínimo, pero Yoosung creía que tenía bastantes más. Por la universidad SKY corría el rumor de que el director no envejecía, y viendo las fotos de anuarios antiguos aquello tenía credibilidad. Habían incluso ex alumnos que afirmaban que siempre evitaba pasar al lado de espejos y que nunca salía de su despacho si hacía sol. — Bueno, supongo que están aquí por el incidente del justificante médico.

— Efectivamente. Yoosung me llamó esta mañana para pedirme que lo trajese yo porque él no lo había podido coger con las prisas. — El pelirrojo abrió el bolso que llevaba colgado en el hombro y sacó una carpeta plastificada con un documento en su interior. — Aquí tiene.

Seven tendió el objeto al director y le dedicó una disimulada sonrisa a Yoosung, quien no daba crédito a sus ojos. 

— Parece que todo está en orden... Bueno, señor Kim, lamento lo de su desmayo . Espero que se sienta mejor para que pueda hacer el examen, porque lo presentará la semana que viene.

— Y-Yo... Sí, gracias! — El rubio gritó tan alto que tanto el director como Seven pegaron un brinco en sus asientos.

— Gracias también a usted, señorita Vanderwood, por informarme de la situación. 

— No hay de qué. Yoosung  preguntó que qué pasaría con su examen de matemáticas nada más cobró el conocimiento. Afortunadamente usted ha sido compresivo y le ha permitido presentarse a la prueba.  Se lo agradecemos profundamente. — Seven estrechó la mano del director de forma cordial y se levantó de su asiento. — Me temo que no podemos quedarnos mucho más porque tenemos que volver al hospital... Después de esa reacción alérgica tan repentina se tendrán que hacer chequeos varias veces al mes, ya sabe, para comprobar que la situación de Yoosung no va a peor.

Los dos amigos se levantaron de sus sillas y, tras despedirse de aquel lúgubre hombre, salieron del despacho cerrando la puerta tras de si.

— Chequeos? — El rubio preguntó, confuso. 

— Te lo explicaré todo cuando lleguemos al coche. — Seven articuló con un tono de voz extremadamente serio. — Pero tú también tienes que aclararme varias cosas...

Shooting StarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora