XIX

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Definitivamente, encontrar a Seven dormido en su escritorio y con la mejilla derecha apoyada contra las teclas de su ordenador era algo que Yoosung no esperaba ver al salir del baño.

El pelirrojo tenía las gafas aún puestas y su nariz estaba enrrojecida, cosa que pudo notar el rubio casi al instante a causa de lo pálida que era su piel.

— Qué ha pasado? — Yoosung susurró suavemente con un tono preocupado, y acto seguido se inclinó ligeramente hacia su amigo. Seven tenía la boca entre abierta y un pequeño hilo de saliva adornaba sus labios, cosa que el rubio encontró sorprendentemente adorable. — Has... Estado llorando?

Al principio, Yoosung intentó darle pequeños golpecitos en el hombro para intentar despertarle, y se comenzó a preocupar notablemente al no recibir respuesta alguna de parte del joven hacker.

En ese instante, el recuerdo de su prima acariciándole el cabello para despertarle por la mañana llegó a la mente del rubio y una idea se formó en su mente; Quizás Seven se despertaría si hiciese eso. Y si por algún casual no fuese así, no perdería nada al intentarlo.

Yoosung enredó sus dedos en uno de los mechones de cabello rizado de su amigo, y torpemente comenzó a acariciar la cabeza de Seven. Al principio, el estar haciendo aquello se le hizo muy extraño, y no pudo evitar pensar en si Jumin acariciaría a su gata de esa misma manera, pero tras unos minutos llegó a la conclusión de que, por raro que sonase, aquello le gustaba. El cabello rojizo de Seven era muy suave, y la expresión de estar durmiendo plácidamente en su rostro causaba una sonrisa inexplicable en Yoosung.

Por qué se sentía tan contento?

El rubio tenía 13 años cuando conoció al otro muchacho, y las muestras de cariño entre ellos eran muy comunes. Muchas veces se habían agarrado de la mano o, incluso, habían dormido varias veces juntos en la misma cama. Sin embargo, esta vez había algo distinto... Algo que el muchacho de ojos violetas no era capaz de describir con palabras.

— Por qué has parado? — Susurró el pelirrojo con voz somnolienta y aún con los ojos cerrados. —Me estaba gustando que hicieses eso.

— Y-Yo... Estaba intentando despertarte! No iba con intenciones raras! — Yoosung enrrojeció al oír la voz de su amigo.

— Despertarme? Pero si aún no estoy despierto... — Seven sonrió disimuladamente.

— Entonces sigo?

— Supongo que sí... O es que no quieres que me despierte?

— Bueno... De acuerdo. — Dijo el rubio, fingiendo que no se estaba muriendo de ganas de volver a ver la adorable expresión de Seven cuando le acariciaba. Acto seguido, comenzó a rozar las suaves mejillas del pelirrojo con sus manos, teniendo extremo cuidado por no golpear las gafas accidentalmente, y tras un par de minutos decidió concluir aquella muestra de cariño con un delicado beso en la frente de Seven, cosa que hizo que este abriese los ojos.

— Eso último no me lo esperaba. Eso sí, no me quejo.— Dijo el pelirrojo entre risas, y Yoosung pudo distinguir un ligero rubor en su rostro.

Shooting StarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora