Zorras Malditas I & II

Capítulo XLI

~Thaly POV~

Hoy ya volvíamos a casa, estuvimos internadas las cuatro durante una casi una semana. Terminamos intoxicados con la comida. Gina asegura que son cosas de Roxanne, el director de la escuela prometió investigar pero aún no habían descubierto nada.

Estar en un hospital durante tanto tiempo es exasperante principalmente para Adela ya ni siquiera Austin podía calmarla. Gina fue a quien más daño le hizo, tuvo ciertas complicaciones y tendrá que quedarse por más tiempo.

Nosotras si nos vamos. Tomé mis cosas y me dispuse a salir de mi habitación, siento que no resisto ni un minuto más aquí. En el pasillo del hospital me encontré a Kyle y su primo Trey, quien lamentablemente es gay.

—Hola, queridos —saludo, le doy un beso en la mejilla a Kyle y a Trey solo me limité a estrechar su mano.

—Señorita, no creo que era necesaria tanta ropa.

—¿Pedí tu opinión? Limítate a hacer tu trabajo —escucho a Kate discutir con su guardaespaldas, me giro y los veo venir por un pasillo adyacente al que nos encontramos.

—Oh, hola —nos saluda una sonriente Kate, me pongo feliz de verla más alegre. Los chicos se unen a nosotras y vamos todos hacia la habitación donde están Gina y Adela.

—¿Podrías apurarte? —espeta Kate, su guardaespaldas pone los ojos en blanco y camina a paso de burro cargando con las maletas de Kate. Trato durante todo el camino de no despegarme de Kate y mantenerme lo más alejada de Trey posible, quien no ha dejado de mirarme y eso me tiene más que nerviosa.

De repente me distraigo revisando mensajes en mi teléfono, me voy quedando atrás y antes de darme cuenta Trey toma mi mano y nos hace detenernos junto a una puerta.

—Hola —titubeo más que nerviosa. No sé que me pasa con éste chico pero lo que siento es más que vergüenza por el altercado pasado, mucho más.

—¿Acaso me tienes miedo? —miro a otro lado para dejar de hiperventilar, sus ojos verdes son tan intensos que me tienen anonadada, yo trato de organizar mis ideas y responder una simple pregunta pero su mirada tan fija en la mía en la espera de una simple respuesta bloquea mis sentidos y se traga mis palabras.

Me armo de valor y decido despertar a la Thaly en mi interior que causa el mismo efecto en los hombres, que él en mí. —No claro que no. Solo mantengo distancia, no quisiera tener problemas con tu novio —murmuro, y en cuanto me percato de la estupidez que acaba de salir de mi boca me arrepiento de haber despertado a la Thaly valiente.

—¿Mi qué? —yo agachó la cabeza, no soy capaz de mirarlo a la cara, no se si fue humor, asco o enojo que escuche en su tono de voz.

—¿No eres gay? —aviento al aire, apremiándome mentalmente como la estúpida del año. El busca mi mirada así que me ánimo a levantar la cabeza y encararlo.

—Claro que no, me gustan demasiado las mujeres. Especialmente las pelinegras de ojos grises —se acercó un paso más a mí con coquetería, y juro que me puse roja. Se supone que yo soy quien hace eso, ¡No al revés!. Me gire sobre mis pies y me aleje de él lo más rápido que pude, no creo soportar, ahora que se que no es gay, y transpirando tanta sexualidad peligro gravemente de cometer adulterio.

Me apresuré a entrar a la habitación, cuando llegué agitada todos pararon de hablar y me miraron. Más atrás llegó Trey, y me quite de la puerta para que el pasara. Lo que no fue una buena idea.

—Tu... —gruño Adela, se levantó de su asiento, por suerte ya no trae la bata de hospital, le pegó un fuerte puñetazo en la nariz, derramando de inmediato un hilo de sangre. Cómo yo era la que estaba mas cerca de él, me aproximé para ayudarlo.