Capítulo IX

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~Adela POV~

Miré la hora por cuarta vez, me urgía un cigarrillo, el profesor de inglés no se presentó a clase y el aula era un desastre todo mundo hacía lo que quería.

Suspire cansada y tiré mi cabello hacia atrás, estaba con Kate, me contaba sobre su desastrosa relación con Matthew pero yo no le prestaba atención.

—Ya sé que lo he tratado muy mal estos días, pero me escondió que es un... —miró a todos lados y se acercó mas a mí —pandillero —a penas pude escuchar lo que dijo actuaba como si la palabra era prohibida.

—Yo no se que hacer, ¿tu que harías Adela? —fruncí el ceño ante su pregunta, ella alza una ceja esperando por mi respuesta.

—Pues no sé, yo no... Tengo la menor idea —la verdad es que nunca he podido tener una relación normal. O más bien nunca he podido tolerar una relación normal, más específicamente tolerar a los hombres.

—Yo creo que le debo una disculpa, ¿me acompañarías a su casa? No quiero ir sola y no se lo puedo pedir a ninguna de mis amigas —asentí. Para que se callara, hasta me dolía la cabeza de escuchar toda su historia.

—Gracias Adela, para mi eres una gran persona solo que no quieres dejarla ver —me dijo sosteniendo mis manos. Abrí la boca para aclarar su confusión pero el timbre sonó y no pude decirle mis verdaderas razones por las que acepte ir con ella.

Al terminar mis clases fuí a la biblioteca para reunirme con Thaly por lo del análisis de literatura. Con pereza arrastro mi cuerpo hasta allá y tomo asiento en una de las mesas más retiradas.

Saque mi teléfono y mis audífonos, y me dispuse a escuchar musica, la biblioteca era muy grande con muchos estantes se sentía un olor a polilla y humedad disfrazado con aromatizantes.

Un chico perfectamente peinado y vestido medio formal y sencillo me hizo señas sonriendo.

Retire el auricular derecho de mi oreja y lo miro —no se si me recuerdas, soy Brandon —titubea un poco nervioso, yo asentí. Siempre estoy muy seria y hablo de mala gana a todo el mundo talvez eso sea intimidante para él.

Miró una silla frente a mí y me miró a mi como si estuviera pidiendo permiso le hize una mueca cercana a una sonrisa y él se sentó.

—Thaly, me dijo que nos reuniríamos contigo aquí —.

—Esta bien —no me interesaba entablar una conversación con él así que volví a colocarme el auricular.

Casi a la media hora llego Thaly del brazo de un chico.

—Hola queridos, perdón por hacerlos esperar —noté el semblante triste de Brandon cuando vio a Thaly con ese chico.

Guarde mi teléfono y abrí el cuaderno, —¿y como van? —preguntó Thaly.

—Te esperábamos a ti —espeté disgustada la muy cómoda niña al parecer esperaba que yo hiciera el trabajo y ella colocar su nombre.

—¡Oh! Brandon ¿podrías ayudar a Adela con el análisis? Me surgió algo importante y me tengo que ir —basto que rozara la mejilla de Brandon y lo miraba como perrito con sus brillantes ojos grises para convencerlo, al muy idiota se le salía la baba.

—Entonces, ¿no harás nada? —le pregunté alzando una ceja —Brandon lo hará por mí, ah, mañana montan la feria del sector y queremos que vayas con nosotras Adela, te recogeré en la noche. Nos vemos, querida —.

Se marchó caminando como en pasarela del brazo de ese chico Brandon suspiró y sacó su portátil —muy bien, empecemos —me dijo inspirado.

—Empecemos no, yo no haré el trabajo sola ¿que se cree esta?, y tu no deberías de hacerle nada ¿acaso te paga?

Zorras Malditas I & IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora