Reflexiones

r e c a í d a

Aquí estoy otra vez, escribiendo sobre algo imposible que sigo creyendo posible.
Pensando como siempre en ti, pero esta vez reflejándolo en la pantalla rota de mi móvil mientras espero al autobús que me llevará junto a ti otro día más.
Intenté olvidarte, y lo había hecho hasta que sentaron a esa sonrisa y sus tonterías detrás de mí.
Al final volví a caer en lo que prometí dejar; pero esta vez soy yo la que quiere jugar.
Me matas con cada mirada, con tus sonrisas y tus absurdos comentarios que para mí lo son todo.
Empiezas conversaciones con temas absurdos, pero esas charlas que pueden parecer corrientes e insignificantes, para mí marcan la diferencia.
Coqueteas con otras chicas, y aquí vuelve a estar la tonta a la que tanto dañaste, viniendo a por más, sin poder resistirse.
¿Cómo resistirse a ti? A esa persona que fue mi primer amor, que amé con locura y que me importó tanto. A esa que me habló cuando yo era invisible para todos. A esa que marcó una diferencia en mi vida.
A veces tengo miedo de ser otra más: de que las trates a todas como me tratas a mí.
Realmente temo eso. Pero llego a casa sonriente después de un día maravilloso contigo, y veo un mensaje de tu parte, y es que no me puedo resistir: eso me hace feliz.
Me siento tonta por volver a caer después de tanto escribir sobre el asco que me dabas, realmente me lo dabas, pero he vuelto a ver a ese chico de antes que tanto me enamoró.
Sigues coqueteando con otras, sigues cambiado; pero esa esencia de hace un año sigue en ti. Y no puedo parar de verla junto a todos los bonitos momentos que pasamos juntos.
Así que otro día, vuelvo a por más. Quizás no pase nada, pero yo siempre me ilusiono. Soy así de estúpida y, actualmente, feliz e ignorante.
Adiós. Otro día más, vuelvo a reunirme con mi inspiración delante de mí, con cada sonrisa regalándome un poco de alegría y unos cuantos versos que escribir.