t ú

159 4 0
                                    

Sabiendo que hay otros que te dan mil vueltas
y que me hacen más caso,
Tan sólo tú tienes esa esencia.
Tú, con esa carita de ángel aunque ya me hayas demostrado de sobra que eres del demonio,
Tus preciosos ojos concentrados en la pantalla,
mordiéndote las uñas nervioso, esperando una respuesta,
como yo esperaba la tuya,
y como nunca llegó.
Con tus caras de tontito,
tu risa extraña de la que soy la única admiradora,
Tus bromas y tonterías,
de las que me has vetado sin decir palabra.
Tu respiración en mi oreja mientras te pintaba la clavícula,
tan cerca físicamente y tan lejos mentalmente que dolía,
como una patada en lo más profundo de mí;
Aunque al fin y al cabo así te sentí siempre. Una montaña rusa de emociones y adrenalina que acabó en un terrible accidente,
sin noticias ni nada que lo anunciase,
tan sólo el golpe y las lágrimas silenciosas que provocaste.
Ya no te digo gracias por ser tú,
ni por hacerme sentir visible al fin y al cabo,
porque ahora todo tú me resultas asqueroso,
y sé de sobra que nunca me viste,
aunque yo así lo quisiese creer.
Tampoco te pido perdón por ser yo,
ya que fue lo mejor que pude hacer;
Ahora me doy las gracias a mí por haberme querido lo suficiente como para dejarte ir,
Y perdón por tardar tanto en valorarme como merecía para poder hacerlo.
Perdón a mí misma por llegar tarde; pero tranquila, que ya estoy aquí.

ReflexionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora