p e n s a m i e n t o s

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Madre mía, hacía mucho que no escribía, pero no precisamente porque me faltasen cosas para contar.
Porque con tu llegada ya tengo para media novela, y con lo que me has marcado ya la publico entera.
Llegaste tan inesperadamente como te fuiste, provocando sensaciones muy opuestas en mí, como nuestra forma de querer, como nuestra forma de vernos.
Porque podremos coincidir en el desorden de nuestros cuartos y de nuestras vidas, en nuestra mala costumbre de llegar tarde y de reírnos juntos o junto a los demás, pero nunca en la forma de mirarnos:
Porque yo siempre te veré como algo más que un simple lío, que es justo como tú me ves a mí.
Porque yo siempre querré hablar un poquito más,
besarnos un ratito más,
y vernos por una eternidad;
pero sé de sobras que, como siempre,
eres tú el que se separa de mi cercanía,
y esta vez de manera definitiva
para ponerle un punto y final a algo que ni siquiera estaba escrito,
pero que yo ya me había imaginado
y leído sin pensarlo.

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