🌹02🌹

9.4K 765 23
                                    

YoonGi


Nunca quise ser como mi padre y mucho menos quería ser como mi madre, siempre quise llegar más lejos de lo que nadie había llegado en mi familia, ser un ejemplo para mis hermanos pequeños, quería darles la vida digna que se merecían, aunque mi soledad pudo más que mis deseos.

La primera vez que vi al padre de mi bebé me desagradó totalmente, a mi parecer tenía todo lo que podía odiar en otra persona, arrogante e inmaduro y sobre todo manipulador, que a pesar de mis constantes desprecios fue persistente y con el tiempo nos convertimos en amigos.
Por primera vez alguien me escuchó, aunque quisiera haberlo entendido en ese entonces, el solo decía lo que yo quería escuchar, Woo JiHo llenó de palabras dulces mis oídos, trabajó en cautivarme cada día más que el anterior.

Recuerdo el día que me entregue a él, mi padre le había dado una paliza a mi madre por servirle su cena fría, aunque traté de defenderla solo gané que me golpeara pues mi fuerza no era nada comparada con la de él, esa noche Ji Ho se escabulló por mi ventana, beso cada golpe, cada herida, mientras él me tomaba guardé silencio para que nadie sospechara de lo que en mi habitación sucedía, aún me provoca un poco de risa recordar que tan pronto como llegó la mañana se marchó, pensé que había salido antes para que nadie lo descubriera y evitar problemas, pero las semanas pasaron y él no volvió a acercarse a mí.

Dejé que el tiempo pasara, traté de olvidar todo, pero eso solo hizo que el dolor aumentara al darme cuenta de que de nuevo me había quedado solo, pasé mis noches en vela tratando de descubrir porque y a pesar de sus promesas se alejó de mí. Una semana sin dormir me llevó a constantes mareos y a desmayarme en un par de ocasiones, la enfermera de la escuela me recomendó tomar unas pastillas para dormir, al cabo de unos días logre normalizar mi sueño sin el uso de las pastillas, lo raro fue que los mareos no se detuvieron y comenzaba a asentirme asqueado. Harto de sentirme enfermo todo el tiempo recurrí al médico de la familia, hicieron pruebas de sangre y el doctor trato de tranquilizarme diciendo que solo era cansancio.

Cuando los resultados al fin llegaron el mundo entero cayó sobre mis hombros, la voz del doctor se repetía una y otra vez dentro de mi cabeza. — Tienes tres meses de embarazo. — ¿Un embarazo? Pregunté en mi cabeza solo tengo 17 años, no puedo tener un bebé, no de un hombre que me abandonó.

✓ ReSeT ✓•KookGi•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora