Capítulo 1

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Tocan el timbre por quinta vez y me veo obligada a ponerme de pie y ponerle pausa a mi serie. Abro la puerta con flojera y mi expresión cambia repentinamente.

—¡Matthew, te buscan! —grito desde abajo y me doy media vuelta para volver al sofá. Pero antes de dar un paso, soy cogida de la muñeca y jalada hacia atrás.

—He venido aquí por ti —dice —Y no has dicho hola, bonita—me da una sonrisa coqueta sin mostrar los dientes.

Ruedo los ojos y dejo escapar un bufido —Hola —lo miro con cara de pocos amigos y me safo de su agarre para ir de vuelta al sillón, pero vuelve a hablar y me obligo a girarme y prestarle atención.

—¿No me darás un besito? —pregunta inocentemente, y por un segundo pienso que caería, pero me paro derecha y lo miro sin expresión alguna —Vamos bonita, no me niegues un beso.

Bufo, cansada y me rindo porque sé que no parará hasta conseguir lo que quiere. Así es él.

Me acerco lentamente y subo la cabeza para mirarlo bien a los ojos. Me pongo de puntitas y dirijo mi cara a su mejilla derecha para poder besarlo, pero él es más rápido que yo y gira la cabeza en dirección a mí. Sus labios chocan contra los míos.

—Eres un idiota —le digo luego de separarme y volver a la sala. Escucho su risa desde donde estoy y ruedo los ojos.

Ya habíamos hablado de hacer eso en mi casa, o cuando estaba mi hermano presente. Se lo había prohibido porque si Matthew sospechaba, ambos acabaríamos muertos. La regla era estar lo más lejos posible del otro mientras Matthew estaba presente. Cuanto menos habla y menos contacto físico tuviéramos delante de él, mejor.

Matthew baja las escaleras con flojera, pero con su típico andar de chico popular. Saluda a Shawn con su usual saludo se mejores amigos y luego dirige su mirada a mí.

—¿Qué? —le digo. Me hace una seña con su cabeza indicando las escaleras. Pongo cara de confusión, pero antes de reclamar algo, se va a la cocina.

Siento un par de brazos rodeándome el cuello desde atrás del sofá y luego veo su cara muy cerca de la mía. Me sobresalto por el susto, pero no me despego de él y le aparto las manos de mí sin cuidado.

—Deja de hacer eso —le digo en voz baja. Él se ríe y empieza a tocarme el cabello.

—Cuando estamos solos nunca estás de mal humor —me susurra en el oído. Siento como da besos en esa zona y me estremezco. Me muevo al lado contrario y Shawn recompone su postura justo cuando Matthew aparece.

Por poco y nos atrapa. Sabía que si Matthew se enteraba haría todo un espectáculo y por si fuera poco, terminaría su amistad con Shawn. Y yo no quería que eso pasara.

Tampoco quería hacer sufrir a Cole. Él... ¿como decirlo? A él no lo quería de esa forma, pero lo estimaba lo suficiente para tenerle respeto y no engañarlo tantas veces como yo quería. Pero lo hecho, hecho estaba. Y yo ya la había cagado demasiado para querer pararlo.

Engañaba a mi novio desde el primer día que estuvimos juntos. ¿Qué con quién? Con nada más y nada menos que con el mejor amigo de mi hermano.

Él y Matt se conocían desde muy pequeños. En ese entonces yo apenas hablaba. Con el pasar de los años nos volvimos unidos los tres. Yo crecí, Matthew creció, Shawn creció. Me confesó, en una fiesta de sus amigos, que yo le gustaba. Fue raro al principio, nos volvimos un poco distantes pero aprendí a vivir con ello. Cuando yo pasé a séptimo grado me dijo que ya se había olvidado de mí por completo y que quería seguir siendo mi amigo, me dijo que no quería que nuestra amistad se arruinara por una tontería de niños. Y así, hasta el día de hoy, solo éramos amigos. Cuando yo pasé a octavo grado, empecé a salir con un chico un año mayor, Cole. Ni a mi hermano ni a sus amigos les agradaba, pero tenían que vivir con ello. Yo estaba enamorada en ese entonces. Por otro lado, Shawn no estuvo solo. Salía cada noche con mi hermano y sus amigos a emborracharse y acostarse con diferentes chicas. Todo iba normal. Yo salía con Cole y Shawn estaba libre de compromisos.

Particular Taste (Shawn Mendes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora