Capítulo 12

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A la mañana siguiente, me levanto con los ánimos por las nubes. Tal vez porque es sábado, pero por alguna razón, estoy de buen humor, a pesar de que sé que mi vida es una mierda, hoy probablemente no deje de sonreír.

Me tomo mi tiempo para bañarme y me visto con unas leggings negras y una camiseta corta y suelta. Me seco el cabello y lo peino. Agarro mis cosas y salgo de mi habitación. Bajo a la cocina, pero papá no está. Busco por toda la cocina algo rico para comer. Específicamente, un dulce o algo no saludable. Saco dos paquetes de Oreo y helado. Lo meto a la licuadora hasta que todo se mezcla y lo sirvo en un vaso.

Matthew baja las escaleras y se adentra a la cocina. Observa de forma rara el milkshake que he hecho.

—¿Y para mí? —pregunta medio ofendido.

Ruedo los ojos y no le respondo. Después de unos segundos el timbre suena. Me paro para ir a abrir. Shawn ha llegado.

—Hey —le digo. Me responde el saludo con un movimiento de mano súper simple y pasa.

Me quedo perpleja unos segundos, mirando su trasero, observando como el par de shorts se le pegan cuando camina y le hace un culito bien redondo y parado.

Muerdo mi labio inconscientemente hasta que salgo del pequeño trance y vuelvo a la cocina.

—Ya nos vamos —Matthew me dice apenas entro. Coge mi vaso y toma un largo trago hasta casi terminarlo. Lo miro algo molesta, pero lo dejo pasar. Me acomodo la mochila en mi hombro y salgo antes que mi hermano y Shawn.

Matthew desbloquea el auto y cuando está apunto de abrirlo para meterse en él, sale y dice que se ha olvidado algo. Veo por la ventana que se adentra a la casa, dejando la puerta entreabierta.

Sé que Matthew se va a demorar unos cinco minutos en buscar lo que sea que necesita ya que la casa es grande.

—¿Ya follaste con tu nueva novia? —empiezo a hablar. Pero Shawn no me responde. Me adelanto un poquito para ver qué está haciendo, y me sorprendo al ver que está stalkeando mi cuenta de Instagram —Deja de hacer eso, acosador —le digo con algo de diversión en mis palabras.

Él se sobresalta en su asiento y deja caer su teléfono al piso por el susto que le doy. Escucho que maldice en voz baja, y yo lo único que hago, es reírme de él.

—Maldición, Leah. No hagas eso —replica con molestia. Dejo escapar una risa seca antes de poner mi mano sobre su pantalón y acercarme peligrosamente a su oreja.

Lamo su lóbulo, mientras hago presión en su parte baja. Sé que lo disfruta. Cierra los ojos con fuerza y frunce los labios. De alguna manera, me las arreglo para pasarme al asiento del copiloto y quedar sobre él.

Empiezo a besar su cuello mientras mi mano hace su trabajo sobre su amigote. Shawn suelta un par de gemidos no tan altos y seguido de eso, me ordena que me separe.

—¿Para que pides algo que no quieres? —respondo, esperando a que accediera a mí.

—Leah, por favor... —le cuesta habla —Salte.

—Me deseas tanto como yo a ti —susurro en su oreja. Detengo mi mano y coloco ambas sobre su cuello —Admítelo, Shawnie —al pronunciar su nombre, hago una voz aguda. Eso parece excitarlo, ya que inmediatamente se desabrocha el pantalón, dejando salir un gruñido. Sonrío triunfante y me las arreglo para subirme la legging y la ropa interior. Cojo su miembro y lo introduzco en mí. Me muerdo el labio inferior y empiezo a moverme repetidas veces sobre él. Todo pasa muy rápido. Ambos lo disfrutamos, el calor empieza a hacerse presente, las ventanas se empañan y lo único que se escucha son nuestras respiraciones agitadas, jadeos y gemidos.

Particular Taste (Shawn Mendes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora