Capítulo 8

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No puedo decir nada. Mi corazón se acelera y me empieza a doler el estómago por los nervios. Thomas sabe lo que hacemos, aunque ha dicho que me he acostado con él, es decir, solo ha pasado una vez según él. Pero de todas formas, lo sabe y es muy probable que Matthew también se entere.

—¿A qué te refieres? —suelto una risita para calmar el ambiente y también a mí.

—Sé que te has acostado con él —empieza a decir —No sé si habrá pasado una vez o más, pero sé que lo han hecho, sé que perdiste tu virginidad con él.

—¿Te lo ha contado dicho él? —pregunto rendida. Si ya se sabe toda la historia entonces ¿para qué voy a mentir?

Thomas se alza de hombros dándome a entender que no va a decirme. Pero yo empiezo a tener sospechas de que si había sido él.

—Solo quiero saber porqué dijiste eso —le ruego.

Se vuelve a alzar de hombros —Lo supuse. Ustedes son muy unidos. Ves más a Shawn que a tu propio novio y desde siempre él a sido muy sobreprotector contigo.

—¿Solo eso?

—¿Qué más quieres?

—Que me des una buena razón para haberlo dicho —digo obvia —Shawn siempre ha sido así porque nos conocemos desde pequeños, pero no creo que esa sea una razón para que yo le guste.

—Es todo lo que sé. No te estoy asegurando nada, pero yo lo creo así. Y le preguntaría, pero sabes que por el momento no me habla.

Bufo después de haberlo escuchado y bostezo. Veo la hora y me doy cuenta que ya es muy tarde.

—Debo irme —le digo antes de pararme de su cama y dirigirme a la puerta.

Thomas se para también y va a su armario. Veo que busca algo ahí dentro y saca una sudadera de Adidas.

—Toma, hace frío —me dice. Cojo la prenda y le agradezco.

Me acompaña hasta la puerta, pero veo que tiene unas llaves en su mano y sale de su casa junto conmigo. Se da cuenta que lo miro extrañada.

—Es muy tarde.

—Lo sé, gracias.

No dice nada más y subimos al auto. Thomas maneja por varios minutos hasta que llegamos a casa.

—¿Te gusta? —pregunta. Frunzo el ceño y lo miro confundida.

—¿Qué?

—Shawn —me dice obvio. Sonrío burlona y quiero creérmelo.

Dejo salir un suspiro y lo miro nuevamente.

—No lo sé —me bajo del auto después de decir eso y me doy la vuelta para agradecerle nuevamente. Me apoyo en la ventana —Nos vemos mañana —le dedico una sonrisa leve antes de girarme y volver a casa.

(...)

—Buenos días, papi —llego a la cocina con una sonrisa en la cara. Me acerco a mi padre y pongo un beso en su mejilla —Huele muy rico —le digo y es cuando me doy cuenta que está cocinando panqueques.

—Ya lo sé —dice con arrogancia —¿Tu hermano ya baja?

—Supongo —respondo.

Después de un rato baja Matthew con la chaqueta del equipo en la mano. Y cuando posa su mirada en mí, frunce el ceño, pero no dice nada.

Saluda a papá y se sienta a mi lado. Me besa la mejilla y se pone a revisar su iPhone.

Papá nos sirve los panqueques y se sienta a comer con nosotros. Cuando terminamos, nos despedimos y salimos apurados de la casa ya que se hace tarde.

Particular Taste (Shawn Mendes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora