Capítulo 25

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Otra vez empezamos la semana. A las siete y diez de la mañana ya estoy saliendo de casa con Matthew. Llevo una cara de muerta porque ayer me la pasé estudiando hasta no poder más. Realmente quería pasar el curso.

Una vez ya en el instituto, hago la misma rutina de siempre y me dirijo al salón de Biología. Lo bueno de esta semana es que solo veníamos a dar examen y en el resto de las clases solo repasábamos algunos temas, o simplemente no se hacía nada. Todo dependía del profesor.

La maestra entra al aula y dice que podemos estudiar para el examen que nos toca a cada uno. Pero yo ayer me había frito el cerebro leyendo libros y cuadernos y ahora solo quería descansar. Además, me sentía lista y para nada preocupada.

Me recuesto sobre mi carpeta y cierro los ojos por lo que parecen ser segundos. Cuando vuelvo a abrirlos, todos ya están saliendo del salón.

No me digan que ya acabo la clase.

Me levanto con un poco más de energía y camino a mi siguiente clase. Al parecer esa pequeña siesta de unos sesenta minutos me había hecho bien.

Choco con alguien en el trayecto. Se forma una sonrisa en mi rostro al darme cuenta de quién es.

—Oh, hey, Leah —dice —No te vi, lo siento.

—No, está bien.

—¿Qué clase tienes ahorita? Para acompañarte.

—Um, tengo Lenguaje, pero el salón está en la otra punta del colegio —hago una mueca.

—No importa. Te acompaño, vamos.

—¿Estás seguro?

Shawn asiente —Es nuestra última semana, así que prácticamente solo venimos para que nos vean la cara —ríe.

Cierto. Los de último año habían rendido sus exámenes finales la semana pasada.

—Cierto. Lo había olvidado. ¿Qué clase te toca a ti?

—Tengo Economía ahorita. Estoy con Matthew, así que no creo que nos lo encontremos en los pasillos —sonríe. Pero su sonrisa me transmite otra cosa, algo que implica que me comience a palpitar algo allí abajo.

Vamos conversando de cualquier cosa mientras nos dirigimos a la clase del profesor Adams. Shawn se pone a contar chistes, lo cual me hacen reír, pero por lo malos que son.

—Eres muy malo contando chistes ¿sabías? —confieso cuando llegamos al aula. Hay algunas personas, pero Adams aún no llega, así que me quedaría afuera hablando con mi amigo.

—Tú eres mala escuchándolos.

—¿Qué? —río por lo que dice.

—No importa —da un paso, cortando un poco la distancia entre ambos y me mira sonriendo.

Los pasillos en esta zona del colegio no son muy transitados, por lo tanto solo estábamos el castaño y yo y un par de personas que pasaban cada cierto tiempo.

—¿Qué haces? —sonrío, escondiendo mi nerviosismo.

—Quiero besarte —murmura.

—¿Justo ahora? —alzo una ceja y él asiente.

—Justo ahora. Vamos, solo es un beso —roza su nariz con la mía y puedo sentir ya mi corazón saliéndose de mi pecho —Te juro que me vuelves loco.

Lo miro a los ojos, perdiéndome en ellos —Shawnnnn. Tengo que irme.

—No lo harás hasta que me dejes besarte.

Particular Taste (Shawn Mendes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora