Capítulo 22

248 13 2
                                    

La bocina de un auto suena. Alzo la cabeza y veo el auto de Charli.

—Finalmente —digo cuando me subo en él.

Ella solo ríe —Lo siento. Me distraje y no me di cuenta de la hora.

—Y esa distracción tiene nombre, ¿o me equivoco?

—Bueno... no se lo pregunté —vuelve a reír.

—¿Te coges a alguien y ni siquiera preguntas por su nombre? —le reclamo divertida.

—Salí apurada, ¿está bien?

Minutos después llegamos a casa. Charli me dice que va a cocinar algo y me entusiasmo por esa idea. No se si lo habrán notado, pero en esta casa nadie cocina.

Tomo asiento en la isla de mármol en mientras Charli saca ollas y cosas del refrigerador.

—¿Cómo te fue hoy?

Hago una mueca de asco al recordar mi día. Si la palabra "horrible" no lo definía, entonces no sé qué lo hacía. Pero... si lo pensaba mejor, Mía y Maddie habían sido de mucha ayuda.

—Estuvo... normal.

—¿Normal? Oh, vamos. Dime algo que sea creíble —ríe.

Bufo. —Es que... No lo sé, es decir, aparentemente ahora todos piensan que tengo sexo con cualquier chico que se me ponga en frente.

—Hey, ese es mi puesto —reprocha divertidamente. Me río con ella —No, pero en serio, ¿qué pasó? ¿Quieres que golpee a alguien por ti?

—No, está bien. Solo que ayer un chico de mi clase me dijo que quería pasar una noche conmigo y... Ya sabes, que yo me acuesto con los amigos de Matthew, y pues, hoy día también tuve clase con él y volvió a decirme lo mismo. ¡Hasta se ofreció a pagarme! Como si yo fuera una maldita prostituta.

Charli me mira atenta —Bueno... Están celosos. Todos esos idiotas que creen que eres una cualquiera, están celosos porque no te tienen a ti, a una maravillosa y hermosa, sexy chica.

No puedo evitar sonreír —Gracias —ella asiente y me abraza rápidamente.

—Hablando de Matty, ¿dónde está? ¿Tiene entrenamiento hoy?

—Oh, olvidé mencionarte que hoy juegan él y los chicos. Puedes venir si quieres. Hay una fiesta después del partido.

—¿Contra quiénes juegan?

—Brentwood High.

—Uh, escuché que ahí hay chicos demasiado ardientes —me mira coqueta.

—Si, si que lo hay —acuerdo con ella de la misma forma.

—¿Y a Matthew no le importa que vayas a la fiesta?

—Nop. Matthew se emborracha en cuestión de unos minutos y luego a ninguno le importa lo que haga el otro.

Charli sonríe —¿A qué hora empieza el partido?

—Como a las seis.

—Entonces tenemos que apurarnos.

(...)

—Ese pantalón hace resaltar tu trasero.

—Lo sé, por eso lo estoy usando —digo orgullosa.

—Okay. ¿Qué me dices de mi atuendo?

Particular Taste (Shawn Mendes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora