Capítulo 24

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—Hasta que al fin pareces —me apoyo en la camioneta de mi hermano y lo miro de mala gana —¿Dónde estuviste en la hora de almuerzo? ¿Y por qué no contestaste mis llamadas? Mejor dicho, ¿por qué no me avisaste que no ibas a traerme al instituto?

—Ya, reina del drama, tranquis —dice relajado acercándose. Desbloquea su coche y abre la puerta —Estás aquí, ¿no? Entonces no hay de qué preocuparse —sonríe de lado.

Ruedo los ojos —Sigo esperando a que respondas.

—Quedé con Mia en recogerla para ir a desayunar antes de clases.

—¿Me dejaste botada en casa para salir con Mia? —digo ofendida.

—Si, duh, es mi novia —responde obvio.

—Idiota.

—Eres muy infantil, hermanita —me guiña un ojo, intentando ser divertido —Como sea, ¿vienes o qué?

—¿Dónde está Shawn? —cuestiono cambiando de tema cuando me doy cuenta que el chico que me gusta no viene con Matt.

A decir verdad, mi ánimo había cambiado justo después que Shawn y yo habláramos. Me había parecido tan lindo su gesto cuando cogió mi mano y besó mi cabeza, que me tuvo risueña durante toda la clase de Física. No pude prestar atención en absolutamente nada, más que en él.

—Se va a quedar a terminar un proyecto de química —me mira —¿Entonces?

Niego —Voy a esperar a Mia. Quiere que vayamos juntas a comprar los vestidos para la prom.

—¿De verdad vas a ir a mi fiesta de promoción? —hace una mueca.

—Nolan me invitó, en caso que lo hayas olvidado, y si, voy a ir.

Matthew niega divertido —Me alegra que te estés llevando bien con Mia —me sonríe sinceramente —Bueno, yo me voy a casa. Cualquier cosa me llamas, ¿entendiste? —dice y estira su brazo para revolver mi cabello.

—Si, si, como digas —río y alejo su mano.

Matthew cierra la puerta de su Range Rover y se va.

(...)

Mi brazo duele y mis pies ya no dan para más. Dos horas dando vueltas en el centro comercial, buscando por —como lo llama Mia— el indicado. La verdad es que yo solo quería encontrar un vestido bonito y cómodo, nada más.

Entramos a una nueva tienda y Maddie corre directo a un vestido rojo. Lo coge y desaparece en el vestidor. Yo me mantengo al lado de Mia, porque me dijo que me ayudaría a buscar algo que me complaciera. Pero ya han pasado dos horas y no hemos encontrado nada.

—¿Qué piensas de éste? —me muestra un vestido largo y de color rosado palo. Frunzo los labios, aunque si me gusta mucho —Tenlo, por si acaso —me lo entrega y le hago caso. Mi pobre brazo sostiene la tela rosada y seguimos dando vueltas por la tienda.

Mia también lleva una gran cantidad de vestidos colgando de ella.

—Oh por Dios. ¿Cómo no lo había visto antes?

Volteo a ver a la rubia y me doy cuenta que esta templada observando un vestido en un maniquí. Me acerco a ella y miro el diseño. Si que era hermoso.

Particular Taste (Shawn Mendes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora