Capítulo 5

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—Que alguien traiga un balde para Shawn —todos ríen, excepto yo.

—Cierra la boca —responde él. Se gira sin mirarme y señala a Matthew, que tenía la vista centrada en alguien en especifico —No soy el único que lo necesita.

Claro, Mía tenía que ser. Ni siquiera sé qué le ve a ella. No es gran cosa.

—Iré a saludar —Shawn se levanta con una sonrisa de costado y pasa por mi lado, me golpea el hombro, pero ni se molesta en pedir disculpas. Todos lo notan porque me miran sorprendidos y también a él. Shawn era muy caballeroso y no era común de él no pedir disculpas.

—¿Que acaba de pasar? —pregunta Matthew. Inmediatamente me entran unos nervios terribles y miro alarmada a Thomas. Él niega y yo asiento.

—Ha estado un poco raro desde ayer —comenta Roland.

—¿Y si está embarazado? —exclama Drew.

—Eres imbécil —le responde Matthew. Todos ríen de nuevo, menos yo.

Estamos en Brentwood, otra secundaria de Los Angeles, y un par de amigos de Matthew lo han invitado a ver uno de los grandes partidos de la temporada. Pero aún así, casi todo Southern California está aquí.

—¿Tienen hambre? —esta vez hablo yo —Voy a comprar comida —sin esperar sus respuestas me paro y bajo las gradas con cuidado. Meto mis manos en la grande sudadera de Shawn. Me la había prestado hace meses atrás y no se la he devuelto aún. Es que es tan cómoda.

Trato de orientarme y veo a lo lejos un puesto de comida. Pero cerca a este está Shawn y dos chicas riendo. Apresuro mi paso y cuando estoy cerca, hago como si no lo hubiera visto.

Saludo a la chica del puesto y pido cinco bolsas de Doritos. Me entrega los snacks y le pago.

Entonces me doy la vuelta y noto que está mirándome.

No aparta su mirada y yo tampoco lo hago porque no puedo, pero llega a intimidarme. Les dice algo a las chicas con las que está y se va hacia otro lado.

Bufo y vuelvo con los demás. Les entrego la comida y me dedico a observar el juego. La bulla se hace más presente y el partido empieza.

Shawn vuelve cuando todo termina. La gente empieza a desaparecer poco a poco. Nos bajamos de las gradas y caminamos hasta el estacionamiento de ese instituto sin perdernos.

La mitad de nosotros va en el coche de Rolan y la otra mitad viene con Matthew y conmigo.

Desafortunadamente me siento en el medio, entre Shawn y Thomas mientras todos hablan de cosas sin sentido. Siento la tensión y trato de evitar todo contacto con ambos, pero me es imposible no pensar en eso.

Cojo mi iPhone y le escribo un mensaje a Shawn. Su celular vibra, él lo mira, y lo deja de nuevo sobre su regazo. Vuelvo a escribirle y él vuelve a dejarle en visto .

Dicen que la tercera es la vencida.

Tecleo por última vez y presiono el botón de enviar. Su iPhone vuelve a vibrar.

Matthew lo mira por el espejo retrovisor y sonríe pícaro.

—¿Nueva conquista, Mendes? —le pregunta.

—Ni te imaginas —le dice él de vuelta. Matthew ríe y se vuelve a concentrar en la carretera.

Shawn coge su teléfono y lee el mensaje. Su rostro es inexpresivo y ruego que me haga caso, pero deja su celular boca abajo otra vez.

Esto era inútil.

(...)

Matthew estaciona frente a la casa. Shawn abre la puerta y pone un pie fuera de la camioneta. Apenas está totalmente fuera, se pasa de largo hasta entrar a casa.

Particular Taste (Shawn Mendes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora