Capítulo 4

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—¿Qué haces acá?

—No sabía que iban a venir —miro a Matthew y cojo mis cosas para bajar las gradas con cuidado.

—Tu hermana está buena.

—Cierra la boca, imbécil —mi hermano le da un codazo a Drew, que se encuentra a su lado.

—¿No tienen clases? —pregunto y miro a todos los presentes.

—Tenemos la hora libre. El profesor no vino —me dice Shawn. Asiento mirando el piso y me doy media vuelta para irme.

—¿Tú no tienes gimnasia?

—Si, ya me iba —le digo a Matt. Apresuro mi paso y camino incómoda, sintiendo como sus miradas me atravesaban la espalda. Y probablemente el trasero también.

Voy a mi taquilla y meto mis libros. Saco la mochila y me la cuelgo en el hombro. Cierro el casillero y voy a los vestidores. Llego pero no veo a nadie. Probablemente estaba tarde, como siempre, o yo había llegado antes que todas.

Me encierro en un vestidor y saco la ropa de deporte. Me quito la falda y la blusa, y luego las medias y los zapatos. Saco el short y la camiseta y me visto con eso. Me ato el cabello en una cola alta y guardo mi uniforme en la mochila.

Pero me detengo y no abro la puerta. Escucho risas femeninas entrando al vestidor.

Me quedo en silencio. Trato de no respirar mucho y me quedo quieta. Me agacho con cuidado, recuesto mis rodillas sobre el suelo y pongo mis manos en este. Estiro unos centímetros mi cuello y logro ver tres personas.

—¿Han escuchado los rumores?

—¿Cuáles? —responde una de ellas. Lamentablemente no alcanzo a reconocer las voces.

—Varias de último año están celosas de ella.

—Todas lo estamos.

—Ni tanto. No tiene amigos.  

¿Estaban hablando de mí?

—Ay, pero Matthew es su hermano. Shawn y él son mejores amigos y lo ve todos los días. Cole es su novio y además creo que tiene a todos los del equipo de fútbol babeando por ella.

—¿Cómo sabes eso?

—Me lo dijeron, pero no sé si sea cierto. 

—Yo escuché que estaba engañando a Cole con Shawn. Y según varias personas, ellos dos tiene algo desde antes que ella comenzara a salir con Cole.

—¿En serio?

—Es lo que escuché.

—¿Y si nos hacemos sus amigas? Ya saben, tendríamos acceso a su hermano y a sus amigos. Y le podemos sacar información para luego humillarla frente a toda la cafetería.

—¿Y que haremos? No le agradamos, que yo sepa.

—Se nos ocurrirá algo después.

Sip, estaban hablado de mí.

Luego de varios minutos, llegan el resto de chicas. Llega después la entrenadora y nos dice que tenemos que ir al patio.

Todas salen en fila y espero a que se vacíe el vestidor para salir última. Me pongo detrás de una chica y la sigo hasta llegar al patio. Una vez allí, nos paramos en fila, atentas a lo que la profesora iba a decir.

—Muy bien, señoritas. Van a dar diez vueltas a la cancha, sin descanso, y voy a ir apuntándolas en el orden que van llegando. Luego nos vamos al gimnasio para un partido de voley —dice la entrenadora —Y por favor, todas juegan —posa su mirada en algunas chicas y ellas ríen bajo. Seguido de eso, un fuerte pitido se hace presente. Hago una mueca y me pongo a correr.

Particular Taste (Shawn Mendes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora