Capítulo 12

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Todos los viernes por la noche había partido de Lacrosse y nunca me había perdido uno.
Me dirigía al instituto casi corriendo porque llegaba diez minutos tarde.
Estaba muy emocionada porque Stiles y yo habíamos quedado después para cenar juntos. Y aunque me ponía extremadamente nerviosa, tenía unas ganas enormes de pasar tiempo a solas con él.
Saqué mi teléfono cuando escuché que me habían mandado un mensaje, era Lydia. Preguntaba que dónde estaba y que por qué tardaba tanto. La respondí con un simple "ya voy" y guardé el móvil en el bolsillo de la sudadera de Lacrosse que Stiles me había prestado días atrás.
Cuando estuve en el aparcamiento del instituto ya oía los gritos y aplausos de la gente en el campo por lo que supuse que el partido había comenzado hace un rato.
De pronto escuché un ruido y unos latidos de corazón. Me giré rápidamente pero no vi a nadie.
- ¿Hola? - pregunté al volver a oír ruido.
Nadie respondió.
Segundos más tarde sentí que alguien me había cogido por el cuello e intentaba asfixiarme. Cogí sus manos y me di cuenta de que eran garras, tiré de ellas para escaparme y después me transformé.
Era el kanima.
Se abalanzó sobre mí sin darme tiempo a reaccionar y pasó sus uñas por mi nuca. Noté como su veneno se extendía por todo mi cuerpo y caí al suelo. Después recibí un golpe en la cabeza y todo se volvió negro.

NARRA STILES

- ¿Dónde está Madison? - pregunté después de que el partido acabase.
- Hace una hora que me dijo que venía - respondió Lydia.
- ¿Y si la ha pasado algo? - contesté y comencé a preocuparme.
- Tranquilo, seguramente se ha quedado dormida - añadió Malia.
- Nunca se pierde un partido... - susurré.
- ¿Has probado a llamarla? - preguntó Scott.
- Unas siete veces, pero da apagado.
- Vamos a ducharnos y luego volvemos a intentar localizarla - sugirió mi mejor amigo poniendo una mano sobre mis hombros.
Asentí poco convencido y fui a las duchas.

Veinte minutos más tarde estaba solo en el vestuario, todos se habían ido, incluso Scott que quería ir a casa para ver si Madison estaba allí.
Me encontraba inmerso en mis pensamientos.
¿Y si la había ocurrido algo?
Igual venía de camino y la atropelló un coche... Bueno, igual eso era exagerar.
Seguramente estaba en su casa pintándose las uñas o haciendo los deberes.
Salí de la ducha con una toalla alrededor de la cintura e intenté volver a llamarla pero saltó el buzón de voz.
Me puse la ropa sin dejar de pensar en posibles cosas que la habrían pasado y no me di cuenta cuando algo me hizo caer al suelo nublando mi vista.
- ¿Pero qué...? - intenté decir.
Recibí otro golpe pero esta vez más fuerte, dejándome inconsciente.

STAUNCH / Stiles Stilinski Donde viven las historias. Descúbrelo ahora