Capítulo 4

3.8K 187 4
                                    

Me separé lentamente unos centímetros.
¿Qué acababa de pasar? ¿Por qué lo había hecho? ¿No le gustaba alguien? Aunque si me había besado ese alguien podría ser yo... No, eso no era posible. Era improbable que Stiles sintiera algo por mí, su mejor amiga.
No había significado nada, por lo menos para mí... O eso creía.
Mi cerebro iba a explotar de un momento a otro mientras que notaba algo en mi estómago, me sentía extraña.
- ¿Todo bien? - preguntó Liam haciéndonos sobresaltar a ambos.
Stiles apartó sus manos de mis mejillas rápidamente, aunque no me había dado cuenta de que las tenía ahí y yo me di la vuelta tocándome los labios, era como si quemasen.
- Sí, sí, no es nada... - dije tragando saliva esperando que no nos hubiera visto.
- Vale, puedes venir a... - comenzó pero un estruendo proveniente del techo no le dejó acabar la frase.
Instintivamente coloqué a Stiles detrás de mí para protegerle mientras Liam me miraba asustado.
- No te separes de él - le indiqué señalando al castaño.
Saqué las garras y los colmillos y caminé sin hacer ruido hasta el lugar donde se había oído el ruido.
- ¡Cuidado! - gritó Stiles y una especie de lagarto enorme saltó hacia el techo mientras rompía los fluorescentes provocando la caída de pequeños cristales, el kanima.
Me tapé los ojos con el brazo y a la vez intenté visualizar al enemigo, que estaba al otro lado de la biblioteca.
- ¿Estáis bien? - pregunté sacándome un cristal clavado en mi mano.
- Sí - respondió Liam.
Fui corriendo hacia la criatura y le hundí las garras en la espalda. Esta soltó una especie de grito, me cogió de las muñecas y me lanzó por encima de su cabeza. Caí al suelo a unos metros del kanima pero me levanté rápidamente.
- Liam, ¿no podrías ayudar? - dije mientras esquivaba un zarpazo.
- No se ni como transformarme - contestó - Quiero ayudar pero no puedo.
La criatura me arañó la mejilla y pude sentir sangre saliendo de un corte profundo. Puse mi pie en su pecho y la empujé provocando que chocase con una estantería y varios libros cayeran al suelo.
Salté encima suyo colocando mis piernas al rededor de su cuello para asfixiarlo pero me recordé a mí misma que esa criatura era Jackson el ex novio de mi mejor amiga Lydia.
- ¡Madison! - escuché gritar a mi hermano entrando en la biblioteca junto con Malia y Theo.
Al haberme distraído, no me dió tiempo a reaccionar cuando el kanima me cogió por los tobillos haciéndome caer una vez más. Y cuando estaba en el suelo encajó sus garras en mi estómago. Solté un chillido y pensé en arañarle la cara pero casi no podía respirar.
De pronto, me soltó e inmediatamente presioné la herida con la palma de mi mano.
El kanima se dirigió a una de las pizarras que había en la sala y escribió : "Manteneos alejados o si no, iré a por vosotros"
Y después salió de allí por el mismo sitio por el que había entrado.
- Dios mío - dijo Malia y se arrodilló a mi lado.
- ¡Mad! - exclamó mi hermano y vino hacia mí junto con Liam y Stiles.
- Estoy bien - dije e intenté levantarme, fallando en el intento.
- Hay que llevarte con Deaton - añadió Scott pasando un brazo por debajo de mis rodillas y otro por los hombros.
- Me curaré - respondí.
- Es herida de kanima, tardarás mucho en curar y te necesitamos recuperada - contestó él.
- Scott...
- No voy a ceder - sentenció.



- Auch - dije cuando Deaton, el jefe de mi hermano presionó un poco mi herida.
- Creo que ya está, no curada, pero no tardarás mucho en hacerlo - respondió él terminando de vendarme.
- Gracias - dije mirándole.
El sonrió y me hizo un gesto señalando a la puerta. Me bajé de la camilla en la que estaba y salí de aquella sala encontrándome con toda la manada, incluido Liam.
No me dió tiempo a reaccionar cuando Lydia corrió a abrazarme dejándome sin respiración.
- ¡Ay! ¿Estás bien? - chilló.
- Sí... Nada grave, tranquila - respondí sonriendo.
Después vino Liam que me envolvió en sus brazos rápidamente y noté como se me aceleraba el corazón, sólo recé para que él no lo notase.
- No vuelvas a darme ese susto - susurró escondiendo la cara en mi cuello y lo abracé más fuerte.
- Mi turno - dijo mi hermano obligando a Liam a separarse.
Y después de más abrazos por parte de todos Stiles se acercó a mí e imitó el gesto de los demás, lo que provocó que recordara que me había besado en la biblioteca.
Me revolví incómoda en el sitio cuando se separó y al ver que mi hermano me miraba le dediqué una falsa sonrisa.
- Creo que será mejor que volvamos a casa - dijo Scott.
Asentí y miré al grupo en señal de despedida para luego seguir a mi hermano hasta el coche.
- Veo que no vais a ceder ninguno de los dos - suspiró él.
- No te metas en esto - respondí subiendo al vehículo.
- Lo que tú llamas discusión seria - contestó haciendo el gesto de comillas en las dos últimas palabras - Es una tonta pelea de niños. Stiles dijo cosas, tú dijiste cosas, estabais enfadados, ¡solucionadlo ya!
- No hasta que él se disculpe primero - respondí cruzándome de brazos.
- Stiles dijo lo mismo.
- ¿Podemos parar de hablar de Stiles? - pregunté.
- Vale, hablemos de Liam - dijo rápidamente.
- ¿Por qué de Liam?
- Porque te gusta - respondió sonriendo.
- ¿Qué? ¡No! - exclamé y comencé a ponerme nerviosa.
- Sí.
- No.
- Sí.
- No.
- No me mientas, tu pulso se acelera.
- ¡No es verdad! ¡No me gusta Liam! - dije.
- Si no te gustase ni un poco, no te pondrías así - contestó y comenzó a reír.
- Te odio Scott.
Y al mirar por la ventanilla me di cuenta de que ya habíamos llegado a casa.

STAUNCH / Stiles Stilinski Donde viven las historias. Descúbrelo ahora