Capítulo 15

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- Stiles... - sollocé por trigésima vez ese día.
Seguía sin moverse.
- Veo que ninguno quiere decirlo - dijo uno de los hombres entrando en la sala.
Llevaba un cubo lleno de agua que tiró encima mío segundos más tarde.
- ¿Estás segura de que no sabes dónde está? - volvió a preguntar.
Negué con la cabeza.
Él sonrió enseñando su dentadura blanca y perfecta para después sacar una barra eléctrica igual que la del día anterior y la pegó a mi estómago.
El agua hacia que toda la electricidad se esparciera por mi cuerpo y llegase hasta mis huesos.
Era casi insoportable.
Me transformé intentado que el dolor desapareciese.
Por suerte el hombre se asustó y después de tropezar se cayó hacia atrás.
Gruñí y le enseñé mis ojos de color rojo brillante.
- Serás estúpida - murmuró y se levantó rápidamente.
Vino hacia mí y apretó la barra contra mi abdomen lo más fuerte que pudo.
- ¡Madison! - escuché a alguien gritar y la puerta se abrió nuevamente.
Vi como el hombre caía inconsciente en el suelo y alguien me desataba.
Scott, Malia y Lydia estaban delante de mí.
- Stiles... - volví a decir señalándole.
- Madre mía - dijo Malia.
Y junto con Scott se arrodilló a su lado.
Me intenté poner de pie pero caí al suelo enseguida. Las cuerdas bañadas en acónito me habían hecho heridas en los tobillos y muñecas hasta el punto de brotar sangre.
- ¿Estás bien? - preguntó Lydia cogiéndome un brazo y lo pasó por encima de sus hombros para levantarme.
Asentí ligeramente.
- Vamos al coche - ordenó Scott cogiendo a Stiles.
Malia se puso a mi lado e imitó el gesto de Lydia.
Salimos de aquella habitación y el olor a humedad se hizo más fuerte.
Me giré y vi a Liam y a Theo peleando contra algunos de los hombres que nos habían secuestrado.
Los ojos del rubio y los míos conectaron por un segundos y asentí con la cabeza en señal de agradecimiento.

Diez minutos más tarde habíamos salido de ese lugar descubriendo que estaba en medio del bosque y ya estábamos de camino al hospital.
Miré a Scott por el retrovisor y vi que tenía los ojos llorosos y conducía con la vista fija en la carretera. Stiles también era su mejor amigo...
- Estará bien - susurró Lydia cogiéndome la mano desde el asiento delantero. Sólo pude asentir y apoyé la cabeza en el hombro de Malia.

- Son las seis de la mañana, deberíais ir a casa - nos aconsejó el Sheriff.
Yo negué con la cabeza y observé a mi hermano que tenía la mano derecha en un puño apretado con tanta fuerza que se le ponían los nudillos blancos. Puse la mía encima y él me miró para después entrelazar sus dedos con los míos.
- Por lo menos comed algo - añadió el padre de Stiles.
Volví a mirar a Scott.
Me levanté y tiré de él.
- Vamos - dije suavemente sin soltar su mano.
Caminó a mi lado frotándose los ojos como si se acabase de despertar.
Fuimos hasta la máquina expendedora que Stiles había tirado al suelo hacía unos años y compré dos sándwiches.
- Gracias - murmuró mi hermano cogiendo uno.
- Scotty - lo llamé y él me miró.
Rodeé su cuerpo con mis brazos sin poder evitarlo mis ojos se llenaron de lágrimas.
Nos separamos, sonrió ligeramente y me dio un beso en la frente.
Volvimos a los incómodos sillones que estaban enfrente de la habitación de Stiles.
Nos dejamos caer y esperamos.

Muchísimas gracias por las 500 lecturas, significa mucho para mí ♥⚡

STAUNCH / Stiles Stilinski Donde viven las historias. Descúbrelo ahora