Capítulo 4.

33.3K 1.8K 1.2K
                                    

Narra Paola.

No podía creer lo que mis ojos observaban, María estaba colgada del proyector, sangre escurría hasta el piso.

—¡Todos salgan! —gritó el profesor al ver la horrible escena frene a nosotros. ─¡Rapido!

Mire que Amber saco su celular y comenzó a grabar a María, quién colgaba del techo.

—¡No hagas eso! —dije molesta.

Manuel se levantó del suelo y salió corriendo a la puerta.

—¡Ella está aquí! ¡María está aquí! —gritó mientras se alejaba del salón.

Estaba muy asustada, no podía creerlo, ver su cuerpo de esa manera, me causaba escalofríos.

—¿Quién lo hizo? —gritó Ana. —En el mensaje él dijo que era uno de nosotros, confiesen de una vez y ahórrennos tiempo.

Todos tan solo se quedaron en silencio, hasta yo, creo que nadie puede creer que una persona con la cual hemos estado conviviendo por más de un año sea un asesino.

Mire a la puerta, por donde mis compañeros ya comenzaban a salir.

—¡Nooooo! —escuché unos grandes gritos desde fuera. —¡Mi hija nooooo!

Al observar bien, miré a la madre de María corriendo hasta aquí. No le importó empujar a todos los que se encontraban atravesados intentando salir por la puerta.

Ella se dirigió a María, la tomó de las piernas y comenzó a gritar.

—¡Por favor ayúdenme a bajarla! ¡Ella no está muerta! ¡No está muerta!

─Paola, tenemos que salir ya, muévete ─Pablo tomó mi mano para jalarme a la puerta. No pude evitar que lágrimas salieron de los ojos, esto es horrible, pobre señora.

***

Grupo: Curso de inglés.

María: ¿Disfrutaron el espectáculo que hice para ustedes?

Paola: Eres un imbécil, ¿Qué tan enfermo tienes que estar para hacer algo así?

Pablo: Pobre María, ella se miraba muy mal.

Amber: ¿Por qué lo hiciste?

Manuel: Déjanos en paz.

María: Esto apenas comienza, ¿Quién quiere ser el siguiente?

Alejandro: Yo elijo ser el último, anótame.

Profesor: Terminarás en la cárcel por lo que hiciste.

María: Claro, como la policía le toma importancia a lo que pasa en la ciudad.

Nico: En eso tienes razón.

Profesor: No digas nada, Nico, este muchacho psicópata terminará en la cárcel y pagará por lo que hizo.

Milena: Me dio mucha tristeza cuando la mamá de María encontró a su hija.

Ana: Ella quería ayuda para bajar a su pobre hija.

Rodrigo: Esto es terrible, sigo sin creer que alguien de la clase sea el asesino.

María: Pues créelo, Rodrigo. Ya cuando llegue tu hora, sabrás quien soy.

Amber: ¡Maldito asesino!

María: ¿Recuerdan lo que les dije?

Paola: ¿Que eres un psicópata y te habías cansado de matar aves?

Pablo: ¿Qué la policía no hace nada?

Vicky: ¿Que no estuviéramos solos?

María: Ganaste, Vicky.

Matt: ¿Qué es lo que ganó?

Profesor: La policía te encontrará, ya lo verás.

María: ¡Ya cállese, profesor!

Paola: No estamos idiotas para quedarnos solos maldito, enfermo.

***

Fuera del grupo:

La mayoría de los integrantes del grupo, se encontraban acompañados, algunos de sus familias, otros de amigos, pero había alguien que no estaba acompañado, ya que sus padres estaban en un viaje.

Luis estaba sentado en el sofá de su sala, la televisión estaba encendida, él rápido al leer el mensaje del psicópata, se puso de pie asustado, miró la tele y le bajo el volumen.

—Él no podrá hacerme nada —dijo Luis caminando a la puerta de su casa, la cual estaba abierta. ─No creo que en verdad sepa que estoy solo.

Justo cuando Luis estaba por cerrar la puerta, está fue empujada bruscamente, haciéndolo caer al suelo.

—¡Ayudaaaaa! —gritó asustado.

Miró a la puerta, había dos personas, estás tenían pasamontañas, por lo cual no se podían observar sus caras.

—¡Por favor no! —exclamó Luis muy asustado.

Unas risas provenientes de las personas enmascaradas hicieron presencia ante el silencio que comenzó inundar la casa.

—¡Hubieras visto tu cara!

Los chicos se quitaron sus pasamontañas, déjanos ver a Rodrigo y Carlos riendo sin parar frente a Luis.

—¡Son unos idiotas! ¡Largo de aquí!

Luis se puso de pie, tomó su celular que estaba en el suelo, entró a leer los mensajes del grupo.

—Venimos porque según el asesino de María, dijo que no podemos estar solos —dijo Carlos mientras se acomodaba en el sofa.

—Yo solo vine cuando me dijiste que le haríamos una broma a este idiota —dijo Rodrigo con un tono de molestia. —Ahora me voy.

Rodrigo comenzó a caminar a la puerta. Luis y Carlos tan solo lo ignoraron.

—¡Nos vemos! —dijo Rodrigo para luego salir de la casa.

La calle estaba algo oscura, tan solo se podían escuchar algunos perros ladrando en alguna de las casas del vecindario.

Rodrigo sacó su celular, puso sus audífonos, y siguió caminando, pues él no vivía lejos, solo a la siguiente calle, tan solo tenía que caminar unos pocos minutos.

Cuando Rodrigo estaba por cruzar la calle, él fue golpeado con un martillo en la cabeza, rápido cayó al suelo inconsciente.

—No eras tú el elegido, solo estabas en el lugar incorrecto.

........................./....................

Espero les haya gustado.


Psicópata En WhatsappDonde viven las historias. Descúbrelo ahora