Capítulo 16

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Me encontraba en una cafetería. Un café en mi mano izquierda y mi celular en la derecha. Solté un bostezo. Apenas logré dormir unas tres horas. Tomé un sorbo de mi café mientras respondía alguno que otro mensaje de Yang Mi y Eri.

Yang Mi:
Estoy tardando demasiado, lo sé pero llegaré pronto. Lo prometo.

Yo:
No te preocupes, esperaré lo que sea necesario hasta que por fin estés conmigo.

Salí de la conversación con Yang Mi y entré a la de Eri.

Eri-zito:
¿Cómo te va en tu "cita"?

Yo:
Ya ha pasado una hora y mi cita aún no llega, ¿cómo crees que va? :)

Eri-zito:
Yo no podría dejar a alguien como tú esperando tanto tiempo.

Leí el mensaje unas diez veces y no supe que responder. Bloqueé el celular, sin responder aún y lo guardé en el bolsillo de mi chaqueta. Miré a mi alrededor y no veo rastros de que Yang Mi llegue. Personas entran, personas salen. Yo sigo aquí esperando por ella.

Solté un suspiro de fastidio. Miré la hora por enésima vez. Mi pierna se movía de arriba a abajo. Di el último sorbo a mi café. Me puse de pie y caminé al bote de basura más cercano. Boté todo lo que tenía en manos; servilletas y el vaso.

Mi celular comenzó a sonar, lo saqué del bolsillo y respondí sin mirar.

— ¿Hola?

— TaeHyung, ¿aún esperas? — reconocí la voz de Yang Mi.

— No, es naranjas. — rodé los ojos — Claro que estoy esperando. — dije con cierto fastidio.

— Oh, Tae Hyung. Lo siento tanto; no podré llegar. — solté un bufido — Es que ChanYeol... — coloqué dos dedos en el puente de mi nariz. Estaba irritado.

— Vale, olvídalo. — le interrumpí — Cuando tengas tiempo libre y no tengas que cancelar luego de hacerme esperar una puñetera hora, me avisas si quieres tomar un estúpido café.

Un café tan estúpido como yo.

— Tae Hyung... — su voz se escuchaba algo deprimida pero no me importó en absoluto.

— Hasta luego, Yang Mi. — sin más, corté la llamada.

Odio que me hagan esperar para cancelar a último minuto; para eso que desde el primer instante que ven que no van a llegar que lo digan y listo. Problema resuelto.

Pasé mi mano por mi cabello, desordenándolo. ¿Ahora que demonios hago? No quiero volver a casa, pero tampoco quiero estar solo. A paso lento me encaminé hasta el auto que había tomado prestado de Jimin. Saqué las llaves de mi bolsillo, abrí lo puerta y me subí. Encendí el auto pero no aceleré, simplemente me quedé allí sentado, pensando que hacer. Miré el asiento vacío a mi lado y entonces se me ocurrió.

Al cabo de unos minutos recordé el mensaje de Eri. Rápidamente tomé mi celular y le marqué. Dos timbrazos y ella respondió. Ni siquiera esperé que hablara.

— Si lo que dijiste en aquel mensaje es cierto; alístate. Iré por ti.

— ¿Q-Qué d...? — corté la llamada. Sin siquiera esperar que aceptara o no.

Aceleré, muy molesto. Podría matarme si seguía a esta velocidad pero era lo que menos importaba. No pasó mucho cuando llegué a casa de Jimin. Azoté la puerta al bajarme del auto; al instante me arrepentí al recordar que no era mi auto.

"Necesito comprar mi propio auto lo antes posible." Pensé.

Entré a la casa y pasé directamente a la habitación de Eri. Sin tocar, entré. Encontrándome con sus ojos rápidamente. Ella subió la sábana de su cama, tapando su cuerpo de mi vista.

— Oh. Lo siento. — me disculpé. Cerré la puerta y me senté en su cama. — Continúa con lo que hacías. — me tiré hacia atrás. Tomé una almohada suya y cubrí mi rostro con ella.

Aspiré el olor que aquella almohada contenía. Era como tener mi nariz justo en el cuello de Eri. Mis mejillas se calentaron ante el pensamiento de tener a Eri sobre mí. Negué un par de veces y cerré los ojos hasta que Eri habló.

— Ya puedes mirar, Tae. — escuché la voz de Eri casi en un susurro. Me senté de golpe, no sé cuando llegó ella allí pero nuestros rostros casi chocan.

Estaba justo en la orilla de la cama. Si me hubiera levantado de golpe probablemente le hubiera dado un empujón. Sus ojos parpadearon, sacándome del trance en el que me encontraba. Ella rápidamente se alejó, su rostro rojo de la vergüenza. Sus manos tocaron sus mejillas, sus ojos se cerraron y comenzó a negar.

— Lo siento tanto, Tae. — parece una niña pequeña. Sonreí de lado.

— No te preocupes. — me puse de pie

— No sé a donde me llevas así que me he puesto este vestido... ¿No está muy exagerado para la ocasión? ¿Debería cambiarme..? — preguntó mirando su vestido.

— Te ves muy linda. — admití. — Estás totalmente bien.

Traía puesto un vestido que llegaba justo a sus rodillas, el escote no era muy pronunciado. Solo podía ver un poco sus clavículas. Realmente se ve linda. No estaba mostrando demás. Es adorable. Si fuera otra chica se hubiera puesto unos shorts o una falda muy corta; ella es todo lo contrario. Es conservada. La estaba mirando desde sus pies hasta su cabeza. Escaneándole totalmente.

— ¡Oh! Cortaste tu cabello, ¿cierto? — pregunté cuando miré su flequillo hacia el frente, antes lo tenía hacia el lado. Ella automaticamente tocó su flequillo.

— S-Si.

— Adorable. — me acerqué a ella y acaricié su cabello.

— Gracias, Tae. — subió su mirada, encontrándose con la mía. Tenía una pequeña sonrisa dibujada, yo sonreí de lado.

— Vamos. Se nos hace tarde.

— ¿A dónde vamos?

— A cenar. Luego a ver alguna película. ¿Te apetece? — me encogí de hombros.

— Suena genial. — sonrió.

Ambos caminamos hasta el auto de Jimin nuevamente. Abrí la puerta del pasajero para que Eri entrara y luego cerré. Cuando iba a subir al auto por el lado del piloto mi celular sonó.

Lo tomé y desbloqueé. Abrí la conversación de Yang Mi. Había una foto junto con un "siento haberte hecho esperar en vano, Tae Hyung pero espero te guste esto."

Abrí la foto, encontrándome con un nude total de ella. Sus pechos se veían sin ningún tipo de censura.

Rodé los ojos y negué. Bloqueé el celular y me subí al auto.

— ¿Lista? — sonreí encendiendo el auto.

— Lista.

— Pues vámonos. — aceleré. Aún sin borrar aquella sonrisa.

Rescue me. | TaeHyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora