Capítulo 4

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Ya habíamos llegado a Corea del Sur. Por fin. Casi beso el suelo. El aire acarició mi rostro. Aspiré el cálido aire de Corea. Cuanto extrañé estar aquí. Miré muy sonriente a JiMin a mi lado, él solo hizo una mueca y se encogió de hombros. Ya el verano se está yendo. El otoño es una buena época para estar aquí.

Al salir del aeropuerto, un auto negro ya nos esperaba. Era el viejo chofer de JiMin, el cual sonrió ampliamente al verlo. Parece muy feliz de tener que trabajar para JiMin. Por otro lado, JiMin como si de su padre se tratara, le abrazó y dio unas palmadas en su espalda, aunque tratara de esconderlo, sé que está feliz. Esa pequeña sonrisa en su rostro no se ha borrado y realmente fracasó intentando ocultarla.

Aquel hombre mayor nos ayudó con nuestras maletas –o mejor dicho, con todas las de JiMin pues yo apenas traigo una maleta y una mochila– mientras que nosotros nos subimos a la parte trasera del auto.

Nos dirigíamos a la casa, o mejor dicho, mansión de JiMin. El camino no fue muy largo, o al menos para mi no lo fue pues me quedé dormido y no noté cuando llegamos. JiMin tuvo que despertarme.

Yo iba a bajar mi maleta y mochila pero no pude, ya que el personal que JiMin contrató –mayordomo, sirvientas– me lo prohibió diciendo que ese era su trabajo y para eso el "joven amo" los tiene allí. Solté una risita al escuchar como se dirigían hacia JiMin.

— ¿Qué quiere hacer ahora, joven amo? — le pregunté a JiMin en un tono bastante divertido.

— Idiota, eso es para que muestren respeto al que les da techo y comida. — dijo con bastante ego, yo negué con la cabeza — ¿Quieres que te llamen de una manera en específico? Yo solo debo hablar y ellos obedecen.

— Claro, como si pudieras hacer que todos llegaran ahora mismo en frente de tí. — dije sarcástico y rodé los ojos. Él alzó una ceja y bufó.

Puso sus manos a la altura de su pecho y solo bastó con dar dos fuertes aplausos cuando todo el personal comenzó a llegar. Como si de la realeza se tratara, todos se pararon justo en frente de Jimin e hicieron una pequeña reverencia. Miré cada uno de los rostros y me sorprende no ver ninguna de las sirvientas mostrando demasiado. Todas están bastante cubiertas. Antes de habernos ido,  todas llevaban un uniforme que consistía en una falda realmente corta y una camisa con escote en forma de V que dejaba ver bastante sus pechos. El único rostro que conozco es el de la señora que yo mismo había dicho a Jimin que despidiera pero nunca lo hizo.

— ¿Si, joven amo? — preguntó el mayordomo de antes.

— Michaelis, ¿están todos aquí? — preguntó JiMin, el mayordomo, el cual ahora sé es Michaelis, asintió.

Solo son cuatro sirvientas, el mayordomo y el chofer. Miré los uniformes de todos. Era como si estuvieran haciendo un cosplay de algún anime de esos que trata sobre la realeza británica, blanco y negro.

— Como yo he hecho, solo deberás aplaudir para que vengan a verificar que es lo que quieres, ella es Lizzy, — señaló a la que creo es la más joven, tiene el pelo rubio. — Le sigue Finny, Greil y Eri. — estas últimas tres, Finny tiene el cabello rubio más pálido que el de Lizzy, Greil lo tiene rojo y Eri castaño. Finny tiene ojos verdes, Greil igual y Eri color café. — Ahora, Tae Hyung. ¿Cómo quieres que te llamen? — Jimin me miró, sé que está disfrutando dejarme en ridículo.

— Your highness. — bromeé.

— Ya oyeron, se dirigirán a él como... — cubrí su boca, no pensé que se lo tomaría tan en serio.

— Solo llámenme V.

— Entendido, joven V. — Michaelis contestó por todos, ladeé la cabeza, y sonreí falsamente.

— Era solo V pero bueno... Eso bastará, supongo. — dije en un susurro.

— Ya pueden retirarse. — y así, como según llegaron, desaparecieron rápidamente.

Me dirigí directamente a lo que sería mi nueva habitación. Me lancé sobre la gran cama. Unos minutos más tarde una de las sirvientas trajo mi maleta y mochila. Me avisó que las abriría para poder acomodar todo, incluso después de decirle que yo me encargaría de guardarlo. Hizo caso omiso y tenía mi mochila en mano, a punto de abrirla. De un brinco, me puse frente a ella y le arrebaté la mochila.

— ¿No he dicho que lo haría yo? — entrecerré los ojos, ella sostenía una pequeña sonrisa en su rostro. Parecía divertida.

— No me importa lo que usted diga, el joven amo...

— ¿Joven amo? ¿En serio lo llamas así? — ella solo rodó los ojos.

— Joven V, solo déjeme hacer mi trabajo.

— Eres Eri, ¿no? — ella asintió — Bueno Eri, no quiero que hagas tu trabajo. Ya he dicho que lo haré yo. Puedes irte. — guiñé.

— Espero que no vayas donde el joven ego, digo amo, — corrigió rápidamente — a contarle sobre esto. No quiero perder mi empleo por culpa de usted.

— No le contaré. — aseguré.

— Bien. Me iré a descansar mientras usted hace lo que hará que yo cobre a final del mes. — dijo con una sonrisa en su rostro mientras se dirigía a la puerta.

— Eri. — le llamé, ella se detuvo y giró sobre sus talones.

— ¿Si, Joven V?

— No me trates de "usted". Puedes tutearme. — ella parecía un poco sorprendida, pero luego asintió.

— ¡Oh! — dio un pequeño saltó y se giró sobre sus talones — Creo que nos llevaremos muy bien, Kim Tae Hyung.

— Eso espero, Eri. — sonreí de lado.

— Créeme, lo haremos. — dijo de una forma extraña, no logré descifrar en que modo lo decía pero decidí ignorar, tal vez lo dijo en buen plan y yo le estoy buscando otro significado. Asentí levemente. Sonrió y se giró nuevamente, dándome la espalda.

Y sin más, se fue. Dejándome solo con mis pensamientos.

🔪☠🔪
Hmmm, ¿qué les parece la segunda temporada hasta ahora?

– Ale out.

Rescue me. | TaeHyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora