Capítulo 24

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Me levanté exaltado. Mi corazón latía fuerte. Un gran golpe en mi puerta hizo que quedara de pie. Con pereza caminé hacia la puerta y la abrí, vi a un Jimin bastante molesto, o al menos eso parecía por su fría expresión. Me empujó dentro de la habitación y cerró la puerta tras de él. Encendió la luz. Colocó todo el peso de su cuerpo sobre su pierna derecha y llevó dos dedos al puente de su nariz. Negó con su cabeza y alzó la mirada, pasó su mano por su cabello y me miró directo a los ojos.

No sé que demonios pasa por la cabeza de Jimin en estos momentos pero sé que está por estallar. Sé que me dará un sermón de madre preocupada o eso espero. No estoy de ánimo como para discutir con Jimin, de verdad, me siento agotado.

- Quiero que me expliques por que demonios, una mujer comprometida está en tu habitación y su maldito prometido en la planta baja ordenando que bajes para partirte la puta cara. - fruncí el ceño, no sabiendo de que demonios estaba hablando. Miré por mi habitación, en busca de esa mujer que Jimin hablaba.

Y entonces la vi. Dormía en el suelo, ya recordé, dormía sobre una manta que le había ofrecido ya que no había aceptado dormir en mi cama aunque le aseguré que solo dormiría ella ahí y yo en el suelo.

- Puedo explicarlo, Jimin. En serio que puedo, pero no lo hablemos aquí. Ella duerme, ha pasado por un muy mal trago ayer... Ambos pasamos. - añadí. Él me miró extrañado, no entendiendo a que me refería.

Le tomé del brazo y lo saqué de la habitación cuando escuché a Yang Mi gruñir. Lo llevé a rastras hasta su habitación. Sin autorización, me subí a su cama y me crucé de piernas. Señalé un lado de la cama a mi lado, indicándole que tomara asiento. Y así lo hizo. Se sentó a mi lado, imitando mi posición pero el había estirado ambos brazos hacia atrás. Su expresión de antes había desaparecido, se veía más tranquilo.

- Sé que debí decirte lo que he estado pasando desde hace mucho, pero realmente no quería que tuvieras más problemas de los que ya tienes. Jimin, no quiero ser una maldita carga para ti y siento que al contarte esto, comenzaré a serlo por que eres tan malditamente bueno que te preocuparás demás por mi.

- ¿Qué ha estado pasando, Tae Hyung? - frunció el ceño.

Aspiré todo el oxígeno que mis pulmones me permitieron, llenándolos por completo. Poco a poco mientras dejaba escapar el aire, iba de a poco contando cada pesadilla, lo de las llamadas, las voces que he estado escuchando, el incidente con Yang Mi apenas ayer, todo. Hablaba despacio, sin prisa. Desahogándome después de mucho tiempo. Él solo me miraba sin expresión, sus labios ligeramente abiertos, escuchando con cautela cada palabra que salía de mis labios. Solté un suspiro y sonreí, pero lejos de ser una sonrisa, salió más como una mueca. Jimin, quien no había dicho una palabra desde que yo comencé a hablar, tocó mi hombro con su mano y lo apretó suave, como recomfortandome. Yo sonreí de lado. Me alegra tener amigos como Jimin en mi vida.

Todos merecen un Park Ji Min en sus vidas para iluminar el camino a casa cuando se esta perdido en las profundidades del bosque. Jimin es esa luz brillante que te ayudaría a regresar a casa una noche donde, la temible oscuridad y tinieblas, son las gobernantes.

- Siempre supe que eras idiota. - soltó Jimin. Yo le miré entre confundido y divertido.

- ¿A qué viene eso?

- ¿No contarme todo lo que has estado pasando por no ser una carga?- enarcó una ceja- Eres el rey de los idiotas. Soy tu amigo, tu hermano mayor, siempre estaré aquí para ti, para protegerte y ayudarte. Solo quiero lo mejor para ti Tae Hyung. Jamás dudes en decirme como te sientes o que tan mal o bien la estas pasando. Siempre me tendrás. ¿Vale?

- Vale.

- Ahora vayamos a ver como le hacemos para deshacernos de ChanYeol sin que termine rompiendo tu labio inferior.

- Si el imbécil supiera que salvé la vida de su prometida, no estaría así de cabreado. - rodé los ojos. - Pero eso no lo puede saber. - me encogí de hombros.

Bajé junto a Jimin a la sala de estar donde se encontraba un Chanyeol observando las fotos en las paredes. Escaneaba absolutamente todo. Justo cuando iba a hablarle, fui cortado por Yang Mi quien haló mi camisa y la de Jimin y nos alejó de allí.

- Dejen que yo hable con él. Debe estar muy molesto y si les ve, dos hombres, se molestaría aún más. - Su expresión era como la de un cachorro que estaba a punto de ser regañado por su amo. Ambos asentimos y nos quedamos en el lugar.

Vimos a Yang Mi suspirar e ir a donde su prometido se encontraba. Sus voces eran bastante calmadas y bajas, así que no era muy fácil escuchar su conversación, por más que tratara era casi imposible llegar a entender apenas una palabra de toda la oración que habían dicho. Yo, como Jorge el curioso, me coloqué al bordillo de la pared, mirando la escena con un solo ojo. Él le había dado la espalda a Yang Mi, así que ella intentó rodear su cintura con sus brazos desde atrás pero él le empujó. Alejándola.

- Ya te vine a buscar, solo vamonos a casa. - Y eso fue como si le hubieran encendido un foco a Yang Mi. Ella abrió su boca y dio unos pasos atrás.

- ¿Cómo es que sabías que estaba aquí? - puedo asegurar que esta frunciendo el ceño.

- Sospeché que estarías aquí.

- ¿Cómo? Nunca te he traído aquí, nunca he mencionado este lugar. No me digas que tu...

- Ya vas, a pensar que he contratado a alguien para que te siga. - dijo con fastidio.

- Tienes un localizador en mi móvil, ¿no es así? - Ella bufó - ¿Tan poco confías en mi, Park Chanyeol, que debes ponerme un maldito localizador?- se giró - me parece increíble.

- ¡No se puede confiar en ti cuando mira donde terminas! En la casa de tu maldito ex. ¿Qué pasó ayer? ¿Te acostaste con él? Maldición, Yang Mi, dime que demonios haces durmiendo en casa de tu ex.

- ¡No me acosté con él, por amor a Dios, Chanyeol! Nadie me ha tocado, a excepción de ti. - mi corazón se hizo pequeño - Es solo que...- pareció pensárselo un poco - Es muy difícil de explicar, de veras, cariño.

- Pfft. Que buena excusa, eh. No vuelvas a casa hasta que no hayas resuelto tu cerebro, ¿vale? Piensatelo bien: pasar la vida con un don nadie o con alguien que te ama y te puede dar todo.

Y sin más, él se alejó de ella, caminó a la salida, no sin antes haberse topado justo de frente conmigo. Esperé algún comentario de su parte pero nada. Se quedó en silencio. En sus ojos pude ver que estaba dolido.

Miré a Yang Mi y ella solo se quedó en silencio, mirando el suelo.

¿Acaso esto es una nueva oportunidad?

Rescue me. | TaeHyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora