Capítulo 18

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No he salido de mi habitación hace exactamente una semana. Es un total chiquero. Apenas como, el suelo de mi habitación está lleno de latas de café y algún que otro envase de ramen, no he tenido una cena apropiada. He estado tan deprimido que ni siquiera ganas de ducharme me dan. Me ducho por que detesto ir a la cama sucio. Solo quiero estar acostado. Apenas he visto a Jimin una vez, no dejo que las sirvientas entren a mi habitación, ni siquiera a Eri. Todas las ventanas están cerradas e igual las cortinas. La habitación apenas es alumbrada por una pequeña bombilla que compré hace unos días. Las pesadillas se han vuelto mucho más frecuentes así que casi no duermo. Aveces no puedo diferenciar la realidad con los sueños y eso me asusta muchísimo. Quisiera pedirle ayuda a Jimin pero sé que no serviría de nada, nadie puede hacer algo. En esto, estoy totalmente solo. Y me aterra.

Arrastré mi pelo hacia atrás,  salí del baño y me recosté en la cama mirando el techo oscuro. Mis brazos estendidos a los lados. Cerré los ojos unos cuantos segundos y solté un suspiro. Me coloqué a mi costado y arrastré mis rodillas a la altura de mi pecho y me abracé. Sin poder evitarlo, algunas lágrimas se me escaparon.

"Estás solo..."

"Nadie realmente se preocupa por ti."

"Eres un total asco."

Coloqué ambas manos en mis oidos. Tratando de no escuchar nada. Cerré los ojos fuertemente.

— No estoy solo... — me dije — tengo a Jimin... Tengo a...

Sentí un lado de mi cama hundirse.  Una suave carcajada hizo que abriera mis ojos. Poco a poco fui girándome. No se veía nada, así que encendí la lámpara que estaba en la mesa de noche a mi lado, la habitación se alumbró casi por completo por primera vez en hace una semana. Giré mi vista a aquella persona que había tomado asiento a mi lado. Casi caigo en el suelo. Esperaba que fuera Jimin quien había entrado sin que yo lo notara, o tal vez Eri, pero no era ninguna de estas. Negué con la cabeza. Otra maldita pesadilla.

— Tu no estás aquí realmente.

— No. Tal vez no lo estoy pero te sigue afectando, ¿no? — sonrió, haciendo que la rabia dentro de mi creciera.

— Vete al infierno, Jeon.

— El infierno es aburrido sin tí. — hizo puchero, pero ese puchero fue sustituido por una burlona sonrisa. Rodé los ojos.

Estoy cansado de esto. Detesto dormir por que cada mísero segundo que cierro mis ojos Jeon JungKook está ahí.  Atormentándome. Haciéndome sentir inferior. Recordándome el monstruo que soy. De solo verlo... Escucharlo.... Hace que me odie cada día más. 

Rodé en la cama, dándole la espalda.

— Despierta, Tae Hyung. Vamos, despierta. Solo es una pesadilla. Él no está. Despierta. — Me repetía una y otra vez.

Cerré y abrí los ojos. Me senté en la cama y... No había nadie. Por fin estaba solo. Solté un suspiro. Coloqué dos dedos en el puente de mi nariz. Estar encerrado aquí no me ayuda en absoluto.

Me puse de pie. Mi cuerpo dolía como el maldito infierno. Estar acostado tanto tiempo no es bueno. Como pude caminé hacia la puerta y la abrí. Me arrepentí sl instante. Coloqué una mano sobre mis ojos a lo que se acoplaban a la fuerte claridad. Aspiré el limpio oxígeno. No había notado el mal olor de mi habitación hasta este momento.

El corredor estaba vacío. Así que me dirigí a la habitación de Jimin para ver si se encontraba allí. Iba a abrir la puerta pero me detuve al escuchar unas voces. Acerqué mi oido a la fría madera, tratando de escuchar. Las voces se escuchaban algo lejanas pero podía entenderlas. Era Jimin y la voz de una chica.

— Yang Mi, debes decirle a Chanyeol. Tae Hyung ha comenzado de nuevo. —

¿Yang Mi? Fruncí el ceño.

— Jimin, ¿estás seguro? Él es tu amigo y...

— Exacto. Soy su amigo y por eso quiero lo mejor para él.  Esto... Es lo mejor. — le escuché suspirar.

¿Quiere entregarme? ¿Cómo? Él no tiene evidencia de que he asesinado a alguien. ¿Por qué está haciendo esto? No me cree... Mi único amigo no cree en mí.

Iba a alejarme de la puerta pero esta fue abierta. Jimin salía con Yang Mi justo detrás de él.

— Tae Hyung... — dijo Jimin casi en un susurro.

Miré a Yang Mi y luego a Jimin.

— Estas solo. ¿No te lo dije? — escuché la ya muy irritante voz de Jungkook. Esa sonrisa burlona no se borraba de su rostro.

— Váyanse al diablo.

— Tae Hyung, espera...

— No hablen. Ambos váyanse al diablo. No puedo confiar en ustedes. — negué.

En un abrir y cerrar de ojos todo a mi alrededor se tornó negro. Es como si estuviera en un agujero.

Mi respiración se volvió agitada. Mi pecho dolía. Una mano se puso justo en mi pecho. Traté de calmarme pero me parecía casi imposible.

— Calma, Tae Hyung. Solo es una pesadilla. Solo es una pesadilla.

Mis rodillas y manos tocaron el suelo. Este se sentía extraño. Al mirar mis manos, la desesperación se apoderó de mi. Estaban bañadas en sangre. Nunce me había sentido así al ver sangre.

Cuerpos de mujeres desmembradas comenzaron a caer sobre mi como si de lluvia se tratase. Mi cuerpo entero poco a poco llenándose de sangre. Justo en frente de mi cayó la cabeza de una chica, la cual recuerdo haber asesinado de una manera bastante dolorosa.

De un momento a otro, el lugar se llenó de cabezas. Las cuales comenzaron a gritar. Mi cuerpo tiritaba.

— ¿Por qué a mi? — dijo una.

— ¿Qué hice mal para merecer esto? — gritó otra.

— Te odio tanto.

— Deberías estar muerto,  justo como nosotras.

— Mereces estar quemándote en el centro del infierno.

— Cállense... — ordené pero todas siguieron diciendo cosas, habiendo que la desesperación aumentara — ¡CÁLLENSE! - grité. No podía controlar mi respiración.  — Por favor.... Basta.... — sollocé. — No más, por favor... — lloriquee.

Abrí los ojos y sentí alguien abrazándome. Me alejé bruscamente y entonces le vi. Allí estaba Eri. Sus labios estaban entreabiertos y su pecho subia y bajaba calmadamente.

— Tae Hyung... Solo fue una pesadilla. — habló bajo y pausadamente.

— Si... Solo fue una pesadilla. — repetí, no muy seguro de que lo fuera.

Rescue me. | TaeHyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora