•Capítulo 37: Confrontación

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Liam entró justo para ver a Julián soltar una maldición.

— ¿Estás bien?

Julián lo miró, se veía muy preocupado. Liam nunca lo había visto de aquella forma, era el hombre más templado en su trabajo.

— Sí, es sólo que estoy muy frustrado

— ¿Kate?

Julián no b necesito contestar el castaño ya lo sabía.

— Crees que vaya a salir algo mal.

— Sí, me frustra no saber que tanto daño hay

— Vamos Marshall, tú y Louis son los mejores especialistas de la ciudad, pero no eres Dios para saber todo, ella estará bien... ¿Qué te tiene tan preocupado?

— Cuando... cuando le dio ese infarto su corazón se detuvo por unos segundos pero pareciera que ella se había dejado ir, nunca me había sentido tan impotente... ¿Qué sucede sí decide que no merece la pena vivir?

Entonces Liam vio más allá de las palabras de su colega, vio lo que nadie más había notado.

— Julian, Kate no era mi mejor amiga, pero creo que puedo decir que la conozco lo suficiente para saber qué es la mujer más aferrada que conozco y ella no va a irse, no va a dejar a su hija— ni a Thomas pero eso no pensaba decirlo, pero era un secreto a voces.

— Tengo la esperanza.

(...)

Tres horas después de que les dieran los resultados, Louis volvió a entrar a la sala.

— Kate está mucho más estable, permitiremos que solo una persona se quede con ella, pero necesitamos que siempre haya una persona con ella, los demás podrán verla, durante los horario de visita del hospital, pero solo uno a la vez ¿De acuerdo?

— Yo me quedaré— Mark fue el primero en hablar.

— Vendré en la noche para que puedas irte a dormir— Se ofreció Miranda. Todos comenzaron a hacer planes para ver quien iba a quedarse.

— ¿Estás seguro de quedarte?

— Claro que sí, yo he descansado lo suficiente, tú deberías irte a dormir, además los niños deben estar poniéndose nerviosos.

— Está bien, entonces me voy y cualquier cosa me llamas.

Mark la besó antes de seguir a la enfermera que había llegado para llevarla a la habitación de Kate. Tardó un poco en entrar, no sabía qué esperar, sí todos no hubieran sido tan idiotas con ella, tal vez todo hubiera sido diferente.

Entonces entró, Kate estaba tendida sobre la cama, la parte superior de su cabeza estaba vendada y tenía la cabeza ligeramente ladeada, estaba pálida y bastante delgada, incluso se le marcaban los huesos de las mejillas, una cánula descansaba bajo su nariz, tenía las manos a los costados de su cuerpo en una mano le había puesto un suero.

Mark termino de entrar y se sentó junto a ella.

Había estado viviendo al filo, durante todas esas horas, parecía que había pasado una eternidad, el día anterior se había estado preparando para volver a estar unido a la mujer de su vida y ahora, 24 horas después, se encontraba en una estéril habitación de hospital rezando para que su mejor amiga estuviera completamente bien.

Estaba devastado, había sido bastante estúpido, Bianca tenía razón, Kate siempre había sido su roca, cuando él había estado en sus peores momentos había sido ella la que lo había mantenido completo, cuando ella lo había necesitado, él le había dado la espalda, la había dejado sola.

Lo Duro de Olvidarte  [Tough 2°]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora