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"And now my body fades, behind a brass charade. And I'm obsolete"
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Bex podía sentir la furia rezumando de cada uno de los poros de su cuerpo. Un odio feroz la invadió repentinamente. Odiaba a su padre por haberla obligado mudarse a aquel pueblo del demonio, odiaba a su madre por actuar como si Donnie jamas hubiera nacido, odiaba a su hermano Sebastián por dejarla sola, se odiaba a si misma pero por sobre todas las cosas y definitivamente odiaba con cada parte de su ser al mal nacido de Billy Hargrove.
La cobriza camino furiosamente por los pasillos de la secundaria, se había pasado la última parte de la primera hora de la mañana en la dirección y ya era la hora del almuerzo. Se dirigió hacia la amplia cafetería de Hawkins que daba al estacionamiento, donde otros alumnos almorzaban al aire libre. Al ingresar a la misma pudo observar el gran despliegue de alumnos que se amotinaban frente a las barras de comida. Bex hizo una mueca de desagrado y agradeció que Louisa le hubiera preparado la comida. Si algo era seguro para Bex es que la gente ni bien ve comida deja de ser gente.
Jonathan comenzó a hacerle señas desde afuera, sacudiendo su brazo para llamar la atención de la chica. Bex rió y troto hacia el en dos pasadas. El mayor de los Byers le sonrió a lo que sostenía un sándwich de mantequilla de maní y jalea con banana a medio comer y un cartón de jugo de manzana. De su cuello le colgaba su distintiva cámara pentax que ya se encontraba desdentada en algunas esquinas. El castaño abrió los ojos sorprendido al ver en la mano derecha de su amiga un pase para detención.
—Joder Bex, pero si es tu primer día—se rio incomodo Byers casi atragantándose con el sándwich.
—agh ni me lo digas quieres, gracias al imbécil de Hargrove no hubo primer día que valga—gruño Bex aun extremadamente furiosa guardándose el pase. —realmente no sé cómo voy a soportar seguir en este jodido pueblo.
Jonathan quiso decirle a Bex que vivir en Hawkins no era la muerte de nadie, que lo malo ya pasaría, que solo quedaba un año de secundaria y luego podría ser libre. Y en un mundo perfecto Jonathan podría haberlo hecho, podría haberle subido el ánimo a su amiga pero la realidad es que si le dijera algo como eso en este mundo, se sentiría un verdadero hipócrita.
Rápidamente la atención de ambos adolescentes fue dirigida a un grupito de adolescentes que venía a los gritos y a las risas. Bex pudo detectar varios rostros conocidos, estaba claro que muchos habían cambiado pero había dejado Hawkins a los doce años así que aún le era fácil identificar a algunos de sus compañeros más memorables, o más imbéciles en su opinión. Carol Browning se reía a carcajadas colgando del brazo de Tommy H que hablaba amistosamente con Ben Gardner; Betty Marlone y Sue Roland iban agarradas del brazo cuchicheándose al oído y echando miradas furibundas a cualquiera que se cruzara en su camino y más que claro ahí estaba Billy Hargrove siendo seguido por toda su prole.
