"Las mentiras tienen patas cortas, tarde o temprano la verdad siempre triunfara"
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Steve Harrington se maldijo a sí mismo ni bien posiciono su dedo sobre el pequeño botón junto al parlante y la notable cámara de seguridad que se encontraba instalada junto al gran portón de fierros negros, que resguardaba a la mansión de los Burdeaux. La idea de presentarse a esas horas a cualquier casa del pueblo ya era descabellada, pero gracias al fiero enrejado de la vivienda no le quedaba de otra que tocar el timbre y esperar a su suerte que los padres de Bex no se encontraran en casa o que estuvieran sufriendo algún tipo de insanidad mental aguda y lo dejaran pasar sin muchas preguntas. Aun así con los últimos sucesos que había sufrido su vida Steve había comenzado a creer que su buena suerte ya era cosa del pasado. Recordó el suceso de la fiesta de Halloween y como había aparecido frente al ventanal de vidrio de la salida de estar de los Burdeaux. Aun le era un verdadero misterio como había pasado por las rejas y la seguridad de la casa, pero en su defensa iba ciego de lo borracho.
Luego de haberse quedad plantificado por más de quince minutos frente a la terrorífica casona victoriana, a merced del frio y de cualquier criatura que rondara en la noche y dentro de las entrañas del bosque, el castaño por fin obtuvo respuesta por parte del staff que trabajaba en el lugar. Bex no tardó en llegar, con su típica cara de pocos amigos y su manera distintiva de moverse por la vida. Steve siempre había encontrado peculiar como el cuerpo de la chica aun salvaguardaba ciertos reflejos que solo son aprendidos si eres nacido en la alta sociedad y aun así y a pesar de mantener estos aspectos, la cobriza parecía una oveja negra o en su defecto, multicolor, en cuanto a encajar en su familia y sus pretensiones elitistas.
El castaño de rebelde melena sonrió incomodó y abatido por la vergüenza. Se preguntó nuevamente que demonios era lo que lo había llevado hasta allí ¿Por qué demonios no podía esperar al día siguiente? Al fin y al cabo asistían al mismo instituto y compartían una cantidad considerable de clases, pero no Harrington no había podido contenerse, algo irracional no le permitió mantenerse alejado de Burdeaux y aquello lo dejaba más que confundido.
—Ey! Bex, siento haber tomado tu cuaderno...—rio incómodamente, a lo que se llevaba una mano a la nuca intentando continuar con la mentira por si alguien los estaba vigilando—La verdad es que a veces voy tan tonto que...—empezó a balbucear pero fue rápidamente interrumpido.
—Corta el rollo Harrington—Rio Bex, dejándole libre el paso, la reja de metal se cerró rápidamente detrás de ellos, sellándolos al interior de lo que para la mayoría de los habitantes del pueblo más que una casa simulaba ser una fortaleza medieval. —Ni mi padre se comió el cuento del cuaderno de física—se burló divertida.
—Si...bueno supuse que no era de mis ideas más originales—se carcajeo un tanto mortificado por la mención de Richard Burdeaux—¿Tu...Tu padre está en casa? —tartamudeo.
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THE WHITE RABBIT || BILLY HARGROVE
FanfictionNota mental: mantente alejada de Billy Hargrove