05. A foja cero

5.9K 513 140
                                    

"Everything is grey, his hair, his smoke, his dreams

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"Everything is grey, his hair, his smoke, his dreams. And now he's so devoid of color, he don't know what it means"  

☆  

Los suaves rayos del sol de la tarde acariciaban con sutileza el cemento del estacionamiento de la secundaria Hawkins. Bex noto a primera de cambio que los dos últimos autos que quedaban aparcados eran tanto su Sierra como el Camaro de Hargrove. La pintura azul y negra de los vehículos centelleaba cegándola. Billy se encendio un cigarrillo antes de pegarle una mirada de reojo como si recién se hubiera percatado de que la cobriza lo había seguido hasta allí. Bex observo al rubio con las mejillas coloradas y una expresión de pánico labrada en las facciones, lo último que le faltaba a la chica es que alguno de los profesores que aun rondaban por los predios del colegio los pillara.

Billy camino hacia su camaro abriendo la puerta del copiloto antes de subirse frente al volante. El californiano apoyo sus muñecas sobre el volante agachando la cabeza para observar a Bex que se encontraba petrificada frente a la puerta abierta del auto azul eléctrico. Hargrove dejó escapar de sus labios el humo blanquecino ya perdiendo la paciencia.

Te vas a subir o ¿Qué? Burdeaux, no tengo todo el día—murmuro echando su cabeza hacia atrás.

Bex bufo, furiosa con la situación que se estaba desplegando frente a ella. La realidad es que como si se fuera con Billy o no igualmente se le iba a caer el pelo.

No me subiría a tu jodido auto aunque mi vida dependiera de ello—le gruño la chica a lo que el rubio le regalaba una sonrisa seductora y divertida mientras se encogía de hombros.

Como gustes muñeca, que disfrutes lidiando con la loca de callaghan—el chico le regalo una de esas sonrisas perfectas que hacían que le flaquearan las rodillas.

Bex pudo oír el rugir del motor del coche, sintió como el estómago le daba un vuelco por lo que estaba a punto de hacer. Pero la realidad era que de todas las formas en las que veía aquella situación ya estaba jodida ¿Qué más podía perder? Estaba claro que subirse a aquel camaro no era una de las cosas más sensatas que había hecho en su vida, tal vez hasta la más estúpida presumiría. Pero no eran aquel su último año de adolescencia, su último año de estupideces permitidas, cavilo Bex. Eso sí subirse al camaro de Billy Hargrove era como cubrir el cupo de estupideces de por vida.

—¡Espera! —Pego un alarido, a lo que Billy quitaba el pie del acelerador— joder porque soy tan imbécil. —gruño bex por lo bajo.

La cobriza se colgó con fuerza la mochila que le bamboleaba en el hombro derecho e ingreso al auto con una cara de perros que espantaría a cualquiera. Billy por su parte sonreía lobunamente a lo que le daba otra calada al cigarrillo que tenía atrapado entre los labios.

¿Y? Es que acaso hasta aquí llegaba tu ingenioso plan de escaparte de detención Hargrove—inquirió impaciente Bex— ni si quiera debería haberme subido a este...

THE WHITE RABBIT || BILLY HARGROVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora