"The fortune you seek is in another cookie"
☆
La sensación de estar siendo arrastrada la invadió de repente, el olor a tierra le asedió los orificios nasales y el llanto de un niño le quebranto los tímpanos. Sentía la cabeza pesada sobre sus hombros, los parpados arenosos y una extraña comezón sobre el reverso del codo. Todo parecía darle vueltas como en la argamasa de un sueño, una oscuridad circundante la rodeaba, se encontraba ciega e inmovilizada de pies a cabeza y el corazón le latía a mil por hora. Intento llamar a Sadie, y luego a su madre pero algo le bloqueaba la boca. Pudo sentir a Donnie respirar entrecortadamente junto a ella, pero no podía verlo. Estaban siendo arrastrados en algún tipo de carretilla, y por la manera en la que esta iba dando tumbos no estaba yendo por ningún camino asfaltado.
Dos manos se cernieron sobre ella levantándola en el aire y posicionándola sobre una superficie metálica, podía oír a Donnie gritar con dificultad, quería decirle que todo estaría bien, intentar calmarlo de alguna manera pero su cuerpo no le estaba respondiendo. Pudo oír fácilmente el rugir de un motor, dedujo con facilidad que ahora se encontraban dentro de algún tipo de vehículo. El mareo no le cesaba, y pequeños puntitos de colores le bailaron sobre los parpados podía sentir como de soslayo todas las sensaciones se iban desgranando poco a poco, ya no podía oir a Donnie ni sentir el vaivén del auto, aun asi antes de despertar pudo oir la voz de un hombre mencionar.
—¿Estos dos son los hijos de Burdeaux verdad? ¿Qué clase de padre...
La voz pronto se volvió inaudible, intento hacer que esta volviera, pero pronto el vacío la golpeo.
Bex Burdeaux despertó violentamente en una habitación desconocida. La cobriza podía sentir aun la desesperación del sueño estrujándole el corazón, la voz de aquel hombre retumbando en su cerebro y un calor apabullante recorriéndole todo el cuerpo. Pronto logro deshacerse de la desorientación, empezando a recobrar los sentidos gradualmente, pudo empezar a distinguir las siluetas de los muebles y otros objetos a través de la oscuridad apelmazada. Sus oídos ahora eran capaces de oír la calmada y profunda respiración de Billy, que dormía tranquilamente a su lado y a los grillos que cantaban escondidos entre la maleza afuera de la casa. La chica se liberó de una patada del agarre de las sabanas, el fuerte sofoco de la pesadilla la había dejado en un estado bochornoso.
Bex atino a encontrar sus bragas que descansaban sobre su costado de la cama junto a un cenicero repleto de colillas, y se las calzo intentando no disturbar el gutural silencio en el que se encontraba sumida la vivienda de los Hargrove. Burdeaux sabía muy bien que la noche aún era joven y estaría rondando por las ocho de la noche [*0], aun así conociendo a su madre de seguro ya había sacado a media estación de policía para buscarla, con lo cual estaba frita. Había tres cosas que Margaret le había dejado claro al llegar a Hawkins, la primera siempre avisarle donde se encontraba en la medida de lo posible, los días que su padre se encontraba en casa debían religiosamente cenar todos juntos, y nunca bajo ningún termino internarse en el bosque. Estaba más que claro que la cobriza ya había quebrantado en toda regla las tres condiciones de su madre.
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THE WHITE RABBIT || BILLY HARGROVE
FanfictionNota mental: mantente alejada de Billy Hargrove