Me vestí abrigada y salí con dirección a aquella clínica, tomaría un taxi. Luego de calladas e inmensas cuadras había llegado. Bajé del automóvil dejando dinero en el, sin que me importe la propina.
Llegué al mostrador de la entrada, e inmediatamente pedí información.
-Información, necesito información- dije un poco cansada, había corrido toda la cuadra.
-Claro, ¿Paciente?
-Bethany Collins.
-Sala de emergencias, habitación 176.
-Muchas gracias- di media vuelta sobre mi y volví hacia la recepcionista- Lamento molestarte de nuevo pero, ¿Sabrías que es lo que está haciendo ella aquí? Es decir, ¿Necesita algún trasplante o...?
-Oh, lo lamento pero, eso no lo se. Puedes preguntarle a su médico o a alguno de sus parientes.
-Claro, gracias.
Abrí paso entre algunas personas en silla de ruedas y personas sentadas hasta encontrar la sala de emergencias.
Entré en esta pero, no había nadie allí. Ni su madre, ni su padre, tampoco sus abuelos. Me senté en una de las sillas a esperar.
-Skyler- dijo una pequeña y quebrada voz cuando una puerta se abrió.
-Jess- dije corriendo a abrazarla, ella me correspondió- ¿Que ocurre?- pregunté alejándome un poco.
-Ella... Ella está muy mal, Sky. Debes entrar a verla, tendrás que saber que puede ser la última vez que hables con ella pero, no se lo digas.
Me quedé con la boca abierta, ¿Ella moriría? ¿Tan de repente? Entré a su habitación mientras que su padre le daba un beso en la frente y se marchaba.
-Te ves bien- dije sonriendo triste.
-También tu.
-¿Como estas?
-A punto de morirme, ¿Que tal tu?- reí ante su irónico comentario, nunca perdería su sentido del humor.
-Yo estoy muy bien.
-Skyler.
-¿Que sucede?
-Lo lamento.
-¿Que lamentas?
-Lamento haber sido la peor amiga del mundo.
-¿Que estas diciendo? Eres la mejor, Beth.
-Claro que no- dijo ella dejando de lágrimas se escaparan de sus ojos- Le he dicho a Harry toda la verdad- cerré mis ojos, Beth había metido la pata pero, solo porque yo también la había hecho.
-No importa, esta bien.
-Terminará contigo.
-Lo superaremos.
-Perdón, de verdad.
-Ya basta, no importa lo que hagas, siempre serás la mejor amiga que alguien podría tener.
-Te amo, Skyler.
-También lo hago, Beth. Y, te extrañaré mucho.
-Sea donde sea que vaya, también lo haré. Pero, por favor, prométeme que intentarás olvidarme y dejarás que me vaya.
-Si aquello te hace feliz, entonces es una pinky promise- dije tomando su dedo meñique y abrazándola fuerte, no la iba a soltar.
-Recuéstate aquí- dijo golpeando el lado de su cama. Me acosté y la abracé por la cintura mientras olía su pelirrojo cabello- te quiero- susurró y un pitido comenzó a sonar pero, no me importo. Mantenía mis ojos cerrados mientras que muchas lágrimas salían de estos, sabía lo que vendría. Un adiós definitivo y sin vuelta a atrás.
