Novios... Por contrato

Sentimientos Encontrados.

No supo exactamente, en que momento fue que llegaron al departamento de Sasuke, ni cuando fue que este, lo llevo a su cuarto, específicamente a su cama. Sólo fue consiente de ello, cuando su espalda toco el colchón y su cuerpo fue apresado por el del azabache.

Lo que si tuvo siempre en mente, fueron los crudos celos que aun conservaba su memoria.

La escena se repetía una y otra vez en su cabeza, como si de una película se tratara. La pelirroja a milímetros de besar a su chico. Ella y su asquerosa boca, iban a tocar lo que él, ya consideraba suyo, también recordaba la exquisita sensación de alivio, cuando la cabeza de tomate se puso furiosa y todo por haber interpuesto su mano entre los labios de Sasuke y esa.

Más tarde lavaría su mano, con cloro si era necesario.

–Hinata, estas ignorándome y sabes que odio eso.–La ronca voz de Sasuke, lo saco de su trance, haciendo que el ojiluna viera directamente las perlas negras del otro. Se estremeció al ver lo que su mirada contenía, deseo, lujuria, cariño... Todo por él y nadie más.

No conteniéndose, se apodero de nuevo de la boca de Sasuke, cortando un suspiro propio en el proceso. Sintió como el ojinegro delineaba sus labios con su lengua, pidiendo permiso para invadir su cavidad vocal, cosa que no dudo en acceder. Cuando este le dio autorización, Sasuke no tardo en saboriar su boca, jugar con ambas lenguas y dominanar la situación. Fue lento, tratando de disfrutar el contacto que se presentaba, pero el ojiperla no ayudaba en su autocontrol, si metía las manos en su camisa para tocar directamente su abdomen.

Hinata se estremecía al sentir como el Uchiha atacaba su boca con mayor ferozidad, sumándole, esas manos toscas y fuertes apretando su trasero, sobre la ropa.

Dejándose llevar, saco sus propias manos de la camisa de Sasuke para también llevarlas al bien formado trasero de este y así juntar sus erecciones.

Ambos ya estaban bastante excitados.

–Joder Hinata.–Soltó en un gruñido, para después morder los hinchados labios del Hyuga.

–Sasuke...–Suspiro el más pequeño, mientras restregaba su pene con el otro aun con la ropa puesta.

De un momento a otro, todo placer le fue arrebatado en el instante en que Sasuke se separo de manera brusca de él.

Extrañado—y asustado—dirigió su mirada preocupada en el azabache ¿Había hecho algo mal?

–S-sasuke-kun...

–Yo... No puedo, lo siento.

Escuchar eso, le partió el corazón, el miedo se apodero completamente de él, haciendo que cientos de temblores se apoderaban de su cuerpo y los ojos se le llenaran de lágrimas.

¿Por que no podía? ¿Que significaba eso?

–Y-yo... ¿Hice a-algo que te molestara?

–El problema es ese...–Sasuke se hacerlo al peliazul acariciando su mejillas y quitando las lágrimas que se asomaban por sus ojos.– No hiciste nada mal.

–¿Q-que? ¿Entonces por que...?

–Si seguimos, no me podre detener esta vez.–Dijo al momento en que ambas miradas se conectaron. La seriedad con la que lo veía Sasuke, le hizo saber que no bromeaba.–Hinata, si seguimos, no esperes que esta vez termine debajo de la regadera... Demonios, quiero joderte el culo, como no tienes idea... Así que mejor...

–¿Y s-si quiero continuar?–Comento de manera rápida, antes de arrepentirse y que su timidez hiciera mella en él.

–...Hinata, si estas jugando, te advierto que...