Te deseo

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Podía sentir los fríos labios del azabache recorrer su clavícula, como si con eso, buscara calmar su repentina ansiedad. Sus manos intrusas, se coloraron debajo de la ropa, la cual se encontraba a medio colocar, gracias a desesperados roces que ambos se daban para poder bajar un poco la calentura del momento. La piel acariciada por las grandes manos, se estremecía ante el contacto rudo pero cuidadoso, provocando que la respiración resultara una tarea pesada y difícil de hacer.

Las piernas del más pequeño, se empeñaban a juntar ambas caderas, para que sus intimidades se encontraran en una caricia, que resultaba una tortura.

—Aun no olvido como ese idiota te beso.—Soltó en un gruñido Sasuke.

Hinata por instinto tal vez, unió sus labios con los de él, tratando con ello, de calmar la furia que se podía leer en los ojos de su novio. Recorrió con paciencia la boca del ojinegro; en un arranque de deseo, introdujo su lengua en la cavidad ajena.

Las manos del Uchiha, que se encontraban en la blanca espalda, pasaron a tomar los muslos, para proceder a cargarlo como si de una pluma se tratará.

A pasos torpes, llegaron a la habitación, específicamente a la gran cama que se encontraba en el centro. Ahí recostó el cuerpo de Hinata y se posiciono encima de él, cerrando cualquier posible escape para el ojiperla.

No satisfecho por el simple beso, que aun a pesar del traslado, no dieron por terminado, tomo posesión del pálido cuello. Mientras que sus manos volvieron a situarse debajo de la camisa, con la intención de quitarla de su vista.

Cuando termino la tarea de quitar la prenda, su boca descendió por un camino imaginario, hasta los pezones del joven que se encontraba debajo de él. El peli azul al sentir el aliento del azabache en su torso, un escalofrió le recorrió por todo el cuerpo, tensando sus músculos y dejando escapar un jadeo.

Sasuke no tardó en meter a su boca, los pezones rosados de su novio, para después succionarlos, ocasionando que el Hyuga arqueara su espalda y soltara un débil gemido, en signo de gusto por la acción. Las grandes manos del peli negro bajaron por su cuerpo para acariciar sus muslos mientras su boca permanecía en el pecho del más pequeño. Por su parte, el oji perla, llevo sus manos a los cabellos rebeldes del chico, para enredarlos entre sus dedos.

Luego de degustar el pecho, de manera ansiosa abandono las carias en los muslos para quitar el pantalón de Hinata tocando en el proceso, su miembro despierto.

—No dejes que nadie más te toque, Hinata.—El bóxer desapareció de la vista de ambos.

De igual manera, el de hebras azuladas quito la ropa del peli negro, quedando en las mismas condiciones.

Fueran las veces que fueran, Sasuke no dejaba de impresionarlo.

Sus labios se encontraron una vez más, mientras que una de las manos del Uchiha tomaba ambos miembros y los masturbaba, causando el placer de ambos. Sus caderas se movían frenéticamente, tratando de alcanzar el clímax inútilmente. Mientras que sus bocas, voraces, mordían y lamian los labios hinchados del otro.

—Ya no aguanto.—Un tanto brusco, soltó los miembros y giro al Hyuga, dejándolo boca abajo y con el trasero a su disposición.

El de ojos perla, sentía como los dedos de Sasuke invadían su entrada, y lo penetraban causándole un poco de incomodidad al principio, para darle paso a las agradables sensaciones del sexo.

—Sasuke... M-mételo—Pidió con las mejillas sonrojadas y los ojos llorosos, dándole una erótica vista al oji negro.

—Joder...

Dejando la preparación del lado, tomo las pálidas caderas y de una sola estocada, su miembro entro en Hinata, quien dio un grito de satisfacción mezclado con el dolor de la invasión. Empezando lento, la cadera del azabache se mecía tratando de encontrar la próstata de su novio y así disfrutar ambos en el acto.

Novios... Por contratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora