Novios... Por contrato

Ojos perla

Sasuke jamás se dejó impresionar por nada. Había estado con miles de mujeres, pero ninguna llego a causarle ninguna emoción. Todas eran iguales, superficiales, simples y predecibles. Por dicha razón él no era un hombre de compromiso. Sólo pasaba el rato y cuando se aburría las desechaba con un simple "Gracias, ahora lárgate". Esa era su rutina.

Sin embargo, sus padres querían romper dicha cuestión.

"Tienes que casarte"

--Ya teme, no es para tanto, tenía que pasar.

--¿Quieres callarte?

El rubio, que sabía apreciar su vida, decidió que ahora Sasuke no estaba de humor, por eso lo mejor era callar.

--Tks... ¿Dónde está el maldito restauran?

--... ¿No dijo que era uno de postres?--Se arriesgó a comentar Naruto.

El Uchiha, con un humor de perros, manejo dando varías vueltas más, hasta que encontró el dichoso lugar.

--Bájate.

Cuando estaban enfrente de las puertas de cristal, que mantenía como entrada el salón, el de cabellera rubia de nuevo hablo.

--Por cierto ¿Qué hacemos aquí?

--El maldito viejo, me ordeno ver este local. Quiere que le entregue cuentas de como luce y que ha pasado, para ver qué hacer con este cuartucho.

--Pensé que ya no era su propiedad.

--Falto uno que otro requisito, para poder otorgarlo al tipo que lo quiso comprar.

Sasuke y Naruto, entraron mirando por todas partes, asegurándose que el negocio estuviera impecable.

--¡Sean bienvenidos! ¿En qué les puedo servir?

Si bien, la voz era un poco chillona, Naruto Namikaze, no pudo evitar maravillarse por la chica que se encontraba enfrente de él.

Una peli rosa cabellera y dos preciosos jades, lo deslumbraron.

--¿Me puedes llevar con el encargado, por favor?--En cambio, Sasuke no quedó impresionado para nada. Así que de manera fría, pero educada, pregunto por el paradero de las personas con la que tenía que atender.

--P-por supuesto—A diferencia de Sasuke, Sakura, una de las empleadas del restaurante, no podía evitar quedar encantada por semejante atractivo. Hoy era su día de suerte, había conocido a un adonis.

--¡Sakura-chan!

Los 3 presente, dirigieron su mirar a la dirección dónde provenía esa melodiosa voz.

La imagen que estaba a los ojos del azabache le hacía darse cuenta de su error.

Hoy por primera vez, se sintió intimidado e impresionado de buena, muy buena manera.

Estaba seguro, que no había tan exquisita belleza, como lo era la persona que sus iris no podían dejar de mirar.

--¡Hinata-kun!

--¿Q-que? ¡¿Es hombre?!--Por lo visto, Naruto también estaba estupefacto por la apariencia de ese tipo, aunque ahora más por el hecho de saber que era varón.

Muy a pesar de ese pequeño detalle, al heredero Uchiha, se le formo una disimulada sonrisa. Esto era interesante, él era interesante.

--¡Sakura-chan! D-disculpa que te interrumpa, p-pero, ¿Le podrías e-entregar esto a Kakashi-sensei?

--Claro. A por cierto te presento a... Mmm aún no me han dicho sus nombres.--Perfecto. La excusa indicada para saber el nombre de ese dios griego y así empezar la cacería, como que se llamaba Sakura Haruno.

--Naruto Namikaze, para servirle--Tomo la mano de la peli rosa, dándole un pequeño beso en el dorso, para lucir como todo un caballero.

-- Je Je ¿Y usted?--La Haruno, de inmediato retiro la mano y se dirigió al misterioso chico, que no apartaba la vista de Hinata.

--Sasuke Uchiha.

--¡¿S-sasuke Uchiha?!--La voz del Hyuga se empezó a tornar alterada.

--¿Lo conoces Hinata-kun?

--Por supuesto que no--Contesto Sasuke, antes de que siquiera pronunciara una palabra el pequeño hombre--De ser así, no olvidaría tan distinguidos ojos.

Listo, estaba decidido. Obtendría a ese tal Hinata, costara lo que costara.

Por el contrario, el oji perla seguía temblando.

Era Sasuke Uchiha.

Hijo de Fugaku Uchiha, dueño del restaurante y casi todo Japón.

Y eso... No significaba nada bueno.