Mirame sólo a mí (Parte 2)

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Él siempre pensaba con la cabeza fría, nunca actuaba por impulso, incluso ante alguien apunto de morir, él no entraba en pánico o pensaba cualquier pendejada.

Entonces ¿Por que no puedo hacerlo esta vez?

Se sentía peor que una mierda. ¿Razón? Hinata lo había dejado "Técnicamente lo corriste, niño berrinchudo" Le recordaba su maldita consiencia, por que si, si tenia consiencia.

Aunque odiara admitirlo, fue él el del error. Lo corrió. Tal vez Hinata no se hubiera salido por su cuenta, teniendo en mente el contrato. ¿Pero como quería que reaccionara? Le pidió no tocarlo. Y eso no lo podía permitir. ¿Como prometerle que no le pondría un dedo encima, si con sólo verlo, podría tener un orgasmo? Y no era ningún exagerado. Ese mocoso le hacia sentir una gran —extremada— atracción sexual. Era como un lindo y perfecto ángel al que quería corromper.

Quería metérsela y darle duro.

El problema es que Sasuke queria, Hinata al parecer no. Pero vamos ¿Desde cuando Sasuke acepta un no por respuesta? Exacto, nunca. Estaba dispuesto a jurarle lealtad eterna con tal de que el Hyuga le levantara el castigo.

¿Por que lo hacía? Sinceramente no lo sabia. Mira que jurar lealtad eterna... Tenia que estar loco... ¡Oh! ¡Esperen! Ya lo estaba.

Para su mala suerte él sabia —En realidad cualquiera se podría dar cuenta— que lo que sentía por el ojiperla, no sólo era atracción física. Si sólo fuera eso, no tendría por que latir tanto su corazón cuando estaba cerca del chico —Que por cierto sólo tendría que latir para vivir— ni por que el gran deseo de sentirlo cerca y no de forma morbosa, más bien como un abrazo, ir tomado de la mano o incluso que sólo se sentara a su lado. Algo ridículo pero tremendamente llenador. Irónico.

Definitivamente Hinata había jodido su vida y habia jodido su orientación.

Ahora le gustaba el pene del pequeño.

Aclarado esto, era entendible que no se quedaría cruzado de brazos y lo iría a buscar. Lo traería de nuevo y esta vez no lo dejaría ir. No pudo aguantar la semana como planeaba. Después de todo, darse a desear no era nada malo... ¡Agh! Incluso pensaba como un idiota ¡A la mierda el amor!

¿Amor? No, imposible. Cariño, si eso era, se había encariñado y su presencia se hizo necesaria para él.

El primer lugar donde lo busco fue en "Konoha", no podía estar en otro lugar... O eso penso. Cuando no lo encontró salio furioso y hay que admitirlo, preocupado también. ¿Donde buscarlo?

En el parque central.

¡Claro! El Hyuga le había contado que le encantaba ese lugar. Era pacifico, amplio e higiénico... Lo ideal para pensar tranquilo.

Se encamino lo más rápido y subió al vehículo.

Cuando pudo ver el lugar, podía observar que este estaba vacío. O al menos no superaba a más de 3 personas.

Estaba por retirarse, hasta que a lo lejos alcanzo a observar una cabellera rubia y una azul oscuro. Demonios, otra vez esa chica.

¿Cómo era su nombre? ¿Eno?... ¿Ano? No, tenia que dejar su necesidad sexual del lado... ¿Ino? Si, Ino se llamaba.

–Entonces ¿Terminaron?–No hace mucho se encontraban hablando ella y Hinata. Hace 2 días, había llegado de nuevo al restaurante, aunque esta vez con los ojos llorosos, hinchados y un humor demasiado decaído. Todos lo aceptaron con los brazos abiertos, sin embargo, él no dijo la razón del por que se encontraba así, no hasta ahora.

Novios... Por contratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora