Capítulo 19

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Regresar a la rutina del college con todas sus ocupaciones me mantuvo distraída y alejada de Ryan, estas tres semanas no hemos hablado, Ryan me ha enviado mensajes, tengo llamadas perdidas, mensajes de voz y recados con Lu, pero no me siento en án...

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Regresar a la rutina del college con todas sus ocupaciones me mantuvo distraída y alejada de Ryan, estas tres semanas no hemos hablado, Ryan me ha enviado mensajes, tengo llamadas perdidas, mensajes de voz y recados con Lu, pero no me siento en ánimos de hablar con él. Puede que sea insignificante para otros, pero a mí me dolió que me ocultara cosas, necesito tiempo para asimilar y aminorar esta decepción.

Pero no sé si fue casualidad o cosas del destino al doblar por uno de los pasillos rumbo a mi dormitorio, tropiezo con él.

—¡Ryan! — exclamo sorprendida, era lo último que me esperaba en este momento.

—Phoebe, he tratado de hablar contigo desde que regrezamos de casa de tus padres —dice Ryan yendo directamente al grano —, ¿por qué me estás evitando?

Estoy un poco avergonzada por  no contestar sus llamadas y mensajes, pero honestamente no sabía que decir y no sé que decir en este momento.

—No lo sé Ryan, solo no quería hablar —contesto con toda la honestidad posible.

—Entiendo, pero hay que hablar —añade con cierto tono de decepción.

Nos quedamos ahí compartiendo miradas por unos segundos mientras que un silencio incómodo se adueñaba del momento.

—Phoebe, necesitamos hablar en serio, tengo algo que decirte y creo que acabará con esta situación molesta —dice Ryan con su mirada seria.

—Está bien, hablemos, pero no ahora —contesto de inmediato.

—De acuerdo, mañana luego de las prácticas del equipo, ¿te parece bien? —cuestiona.

—Sí, me parece bien, hasta mañana —Me despido y continúo mi camino hacia mi dormitorio.



—Sí, me parece bien, hasta mañana —Me despido y continúo mi camino hacia mi dormitorio

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Observo a Ryan jugar sus últimos minutos desde las gradas, realmente es bueno y se ve tan bien como siempre en su uniforme. Me encanta, puedo estar molesta con él, pero lo amo y de verdad lo he extrañado estas semanas.

Sé que salimos hace poco, pero dicen que a lo bueno uno se acostumbra rápido. Es bueno lo que tengo con Ryan, es bueno lo que  tenemos a pesar de todo lo que pasó; en este momento reflexiono en que hay personas que nunca encuentran a alguien que los ame como sé que él lo hace o que no son correspondidos en el amor, soy afortunada.

Además Ryan es un excelente hijo y el super hermano de sus hermanitas, sacrifica su tiempo para ayudar a su familia aún estando lejos. Me imagino lo duro que es para él estar lejos de casa tanto tiempo, lo es para mí y tengo la posibilidad de ver a mis padres más a menudo.

Se puede decir que he colocado los pro y los contra de Ryan en una balanza y solo hay dos contras versus muchos pro, es cierto que aún me faltan muchas cosas buenas y malas por saber sobre él, al igual que a  él le faltan por saber de mí, pero esas cosas quiero descubrirlas a su lado.

Escucharé lo que Ryan tiene para decir y luego le diré todo esto que está en mi cabeza, debe saber que lamento lo que pasó, mi comportamiento esquivo y lo más importante, debe saber lo mucho que lo he echado de menos y lo mucho que lo amo.

Se termina el partido de práctica con 2 goles para el equipo en el que Ben y Ryan jugaron y cero para el otro equipo, el pequeño público presente aplaude a los ganadores y yo hago lo mismo.

Ben y Ryan me saludan  desde lejos mientras se dirigen hasta donde estoy y yo acorto la distancia dirigiéndome hacia ellos.

—Hola cuñadita —Saluda Ben al tiempo que chocamos cinco.

—Hola cuñado, buen partido —agrego con emoción.

—Pensé que mi novia vendría contigo, ¿qué pasó? —inquiere.

—La llamaron a última hora para una reunión del coro, te envió un mensaje que a lo mejor no has visto porque estabas jugando.

—Está bien, lo revisaré —dice alejándose hacia donde están sus cosas.

Ryan y yo nos observamos unos minutos en silencio y luego Ben volvió diciendo que ya había leído el mensaje de Lucy, se despidió y se dirigió a las duchas con el resto del equipo. Los demás fueron yéndose de a poco hasta quedar solo nosotros, durante todo esto, no dejamos de observarnos ni un momento.

—Aquí estoy, vine a escuchar lo que tienes para decir —hablo rompiendo el silencio.

—Gracias por venir —dice mientras se sienta en la grama y me hace señas para que me siente a su lado.

—Antes de que digas algo, quiero que me disculpes por no haberte hablado, contestado tus llamadas ni tus mensajes estas tres semanas, no quería hablar —digo con toda honestidad.

—Descuida Phoebe, entiendo que no quieras hablar como también entiendo muchas otras cosas y como también entendí muchas más en estas tres semanas —espeta con un tono un tanto molesto y que no me agrada, por cierto —. Así que te diré todas esas cosas que entendí en estas tres semanas. Entendí que quizás nos adelantamos a muchas situaciones y una de ellas fue tener un noviazgo sabiendo tan poco el uno del otro, entendí que tenemos raíces débiles y que  por eso el primer viento nos derribó, entendí que, aunque pensaba que éramos diferente a la típica historia donde uno es rico y el otro pobre, resultamos ser iguales a la mayoría, pero con diferentes nombres. También entendí que aunque digas que no es por el hecho de que tú y tu familia sean  importantes y reconocidos multimillonarios mientras que mi familia y yo somos unos pobres comúnes y corrientes, sí es por eso que enterarte te afectó tanto —Traga saliva como si estuviera tratando de desatar un nudo y continúa mientras yo escucho atónita.

» Sí, es cierto que te afectó el hecho de que yo te haya mentido y ocultado cosas, no lo niego, me arrepiento de no haberlo dicho y he pedido perdón por ello todos los días por mensajes de voz, textos y todas las demás formas de mensajería existentes. Por un lado agradezco que te hayas tardado tres semanas para escucharme y no quisieras hablar conmigo porque me permitió aclarar mis ideas y pensar con cabeza fría. Si lo que tu padre hubiera dicho de mí es que era heredero de una gran fortuna, dueño de una isla, príncipe de algún lugar importante, estoy seguro que esa misma noche me perdonabas y no hubiera sido tan grave que te haya mentido y ocultado cosas. Te amo Phoebe, pero nosotros no podemos seguir juntos por la razón de que somos de estatus y mundos diferentes, te mereces un príncipe que esté a tu misma altura y estatus para hacer realidad tu cuento de hadas, al igual que yo merezco una princesa de mi estatus a la que pueda hacerle su cuento de hadas realidad. Disfruté cada segundo de el sueño de fantasía que viví contigo, juro que jamás en mi vida había sentido por nadie lo que siento por ti y, a pesar de todo, no cambiaría por nada cada instante que pasé contigo, pero a veces el amor no es suficiente para estar con alguien. Hasta luego Phoebe —concluye.

Lo escucho ponerse de pie, mientras el nudo en mi garganta, en mi corazón y mi estómago me impiden articular palabra, siento las lágrimas agolparse en mis ojos, siento a Ryan alejarse mientras todo lo que dijo me da vueltas en  la cabeza sin poder asimilarlo todavía, abrazo mis rodillas y dejo mis lágrimas salir, pero esas lágrimas pronto se convierten en llanto y es que aún no puedo creer que hace menos de una hora estaba contando los minutos para reconciliarme con mi novio y que ahora lloro desconsoladamente porque él acaba de dejarme.

Diseño de Amor (Serie Hermanas Libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora